Apocalipsis Capítulo 14

Dios Padre habla con nosotros, que somos fruto de su Creación, y nos habla mediante las Sagradas Escrituras que componen la Biblia. En la Sagrada Biblia podemos encontrar escrita su doctrina y sus lecciones para la humanidad. En nuestra mano está leerla y tratar de captar toda la bondad y sabiduría que se encuentra en sus palabras. En el capítulo 14 del Apocalipsis del Nuevo Testamento de las Sagradas Escrituras es posible hallar escondidas perlas de sabiduría que el Padre entregó a sus hijos para que ellos tuvieran la capacidad de acercarse a Él.

El Apocalipsis del Nuevo Testamento tiene 22 capítulos. Ahora en nuestra web puedes leer aquello que Nuestro Señor se propuso revelarnos en el capítulo 14. Para que sea más fácil leerlo y comprenderlo el capítulo 14 del Apocalipsis está dividido en 20 versículos. De esta manera es más simple leer y recordar la palabra del Señor, de forma que esté contigo siempre y te sirva como un faro para orientarte.

Nuestro Padre Todopoderoso jamás nos deja solos, es un padre compasivo que nos aconseja. Por eso nos regaló su palabra que nos inspira y sirve de antorcha en los trances más oscuros. En el capítulo 14 del Apocalipsis del Nuevo Testamento descubrirás sin duda la clave a muchas de las cuestiones que de pronto aparecen a lo largo de la vida. Cuando vas a dar inicio a tu diálogo con el Padre, haber leído su palabra escrita en la Sagrada Biblia, y entender en profundidad los 20 versículos del capítulo 14 del Apocalipsis te será de gran ayuda. Así tendrás siempre presente en tus plegarias en qué consiste la palabra de Nuestro Señor.

Versículos del capítulo 14 del libro Apocalipsis

Y miré, y he aquí, el Cordero estaba sobre el monte de Sion, y con Él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de su Padre escrito en sus frentes..

Y oí una voz del cielo como ruido de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno: y oí una voz de tañedores de arpas que tañían con sus arpas:.

Y cantaban como un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro animales, y de los ancianos: y ninguno podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, los cuales fueron comprados de entre los de la tierra..

Estos son los que con mujeres no fueron contaminados; porque son vírgenes. Estos, los que siguen al Cordero por donde quiera que fuere. Estos fueron comprados de entre los hombres por primicias para Dios y para el Cordero..

Y en sus bocas no ha sido hallado engaño; porque ellos son sin mácula delante del trono de Dios..

Y vi otro ángel volar por en medio del cielo, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los que moran en la tierra, y a toda nación y tribu y lengua y pueblo,.

Diciendo en alta voz: Temed a Dios, y dadle honra; porque la hora de su juicio es venida; y adorad a aquel que ha hecho el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas..

Y otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, aquella grande ciudad, porque ella ha dado a beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación..

Y el tercer ángel los siguió, diciendo en alta voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y toma la señal en su frente, o en su mano,.

Este también beberá del vino de la ira de Dios, el cual está echado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles, y delante del Cordero:.

Y el humo del tormento de ellos sube para siempre jamás. Y los que adoran a la bestia y a su imagen, no tienen reposo día ni noche, ni cualquiera que tomare la señal de su nombre..

Aquí está la paciencia de los santos; aquí están los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús..

Y oí una voz del cielo que me decía: Escribe: Bienaventurados los muertos que de aquí adelante mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, que descansarán de sus trabajos; porque sus obras con ellos siguen..

Y miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del hombre, que tenía en su cabeza una corona de oro, y en su mano una hoz aguda..

Y otro ángel salió del templo, clamando en alta voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar te es venida, porque la mies de la tierra está madura..

Y el que estaba sentado sobre la nube echó su hoz sobre la tierra, y la tierra fue segada..

Y salió otro ángel del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda..

Y otro ángel salió del altar, el cual tenía poder sobre el fuego, y clamó con gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra; porque están maduras sus uvas..

Y el ángel echó su hoz aguda en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó la uva en el grande lagar de la ira de Dios..

Y el lagar fue hollado fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos por mil y seiscientos estadios..