Apocalipsis Capítulo 3

Dios nos habla a nosotros, que somos fruto de su Creación, y lo hace a través de los textos sagrados recogidos en La Biblia. En ella es el lugar en donde se escribió su doctrina y sus lecciones para la humanidad. Nosotros somos quienes decidimos si leerla y captar toda la sabiduría que hay en sus palabras. En el capítulo 3 del Apocalipsis del Nuevo Testamento de la Biblia están resguardadas porciones de bondad y sabiduría que Dios concedió a los hombres con el objetivo de que ellos tuvieran la capacidad de estar al lado de Él.

El Apocalipsis del Nuevo Testamento dispone de 22 capítulos. En esta web te ofrecemos la posibilidad de leer aquello que Dios Nuestro Señor deseó mostrarnos en el capítulo 3. De modo que sea más fácil leerlo, analizarlo y comprenderlo el capítulo 3 del Apocalipsis se halla fraccionado en 22 versículos. Así es más sencillo leer y memorizar la palabra del Señor, para que así te acompañe siempre y te sirva para trazar tu rumbo.

Nuestro Padre Bondadoso jamás nos abandona, es un padre bondadoso que nos aconseja. Por eso nos proporcionó su palabra que nos orienta y sirve de antorcha en los trances más sombríos. En el capítulo 3 del Apocalipsis del Nuevo Testamento podrás encontrar sin dudarlo la respuesta a muchos de los interrogantes que te puedan surgir a lo largo de la vida. En el inicio de tu diálogo con el Creador, haber leído su palabra escrita en la Sagrada Biblia, y comprender profundamente los 22 versículos del capítulo 3 del Apocalipsis te será de gran utilidad. De esta manera podrás tener siempre presente en tus oraciones en qué consiste la palabra de Dios Padre que está en los Cielos.

Versículos del capítulo 3 del libro Apocalipsis

Y escribe al ángel de la iglesia en SARDIS: El que tiene los siete Espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice estas cosas: Yo conozco tus obras que tienes nombre que vives, y estás muerto..

Sé vigilante y confirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios..

Acuérdate pues de lo que has recibido y has oído, y guárdalo, y arrepiéntete. Y si no velares, vendré a ti como ladrón, y no sabrás en qué hora vendré a ti..

Mas tienes unas pocas personas en Sardis que no han ensuciado sus vestiduras: y andarán conmigo en vestiduras blancas; porque son dignos..

El que venciere, será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles..

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias..

Y escribe al ángel de la iglesia en FILADELFIA: Estas cosas dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre:.

Yo conozco tus obras: he aquí, he dado una puerta abierta delante de ti, la cual ninguno puede cerrar; porque tienes un poco de potencia, y has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre..

He aquí, yo doy de la sinagoga de Satanás, los que se dicen ser Judíos, y no lo son, mas mienten; he aquí, yo los constreñiré a que vengan y adoren delante de tus pies, y sepan que yo te he amado..

Porque has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la tentación que ha de venir en todo el mundo, para probar a los que moran en la tierra..

He aquí, yo vengo presto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona..

Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre Él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalem, la cual desciende del cielo de con mi Dios, y mi nombre nuevo..

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias..

Y escribe al ángel de la iglesia en LAODICEA: He aquí dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios:.

Yo conozco tus obras, que ni eres frío, ni caliente. ¡Ojalá fueses frío, o caliente!.

Mas porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca..

Porque tú dices: Yo soy rico, y estoy enriquecido, y no tengo necesidad de ninguna cosa; y no conoces que tú eres un cuitado y miserable y pobre y ciego y desnudo;.

Yo te amonesto que de mí compres oro afinado en fuego, para que seas hecho rico, y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas..

Yo reprendo y castigo a todos los que amo: sé pues celoso, y arrepiéntete..

He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré a Él, y cenaré con Él, y Él conmigo..

Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono..

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias..