Cantar de los Cantares Capítulo 3

Dios habla con nosotros, que somos sus hijos, y lo hace mediante las Sagradas Escrituras que componen la Biblia. En la Biblia es donde se encuentra escrita su palabra y sus enseñanzas para la humanidad. De nosotros, sus hijos, depende leerla y entender toda la bondad y sabiduría que reside en sus palabras. En el capítulo 3 del Cantar de los Cantares del Nuevo Testamento de los textos de las Biblia es posible hallar encerradas auténticas dosis de conocimiento y bondad que el Padre regaló a sus hijos e hijas para que así ellos llegaran a estar al lado de Él.

El Cantar de los Cantares del Nuevo Testamento consta de 8 capítulos. Aquí tienes la posibilidad de leer y aprender aquello que Dios Todopoderoso se propuso mostrarnos en el capítulo 3. Para facilitar su lectura y comprensión el capítulo 3 del Cantar de los Cantares está fraccionado en 11 versículos. De esta forma es más simple leer y memorizar la palabra del Padre, de modo que te acompañe siempre y te sirva para no perder el rumbo de tu vida.

Nuestro Padre, Dios Todopoderoso jamás nos abandona, es un padre bueno que nos orienta. Por eso nos obsequió con su palabra que nos ilumina y sirve de linterna en los momentos más oscuros. En el capítulo 3 del Cantar de los Cantares del Nuevo Testamento encontrarás sin lugar a dudas la solución a muchas de las dudas que de pronto aparecen durante la vida. En el momento de comenzar tu diálogo con Nuestro Señor, haber leído su palabra escrita en la Sagrada Biblia, y conocer en profundidad los 11 versículos del capítulo 3 del Cantar de los Cantares te será de mucha utilidad. De esta forma te será posible tener siempre presente en tus oraciones en qué consiste la verdadera palabra de Nuestro Señor.

Versículos del capítulo 3 del libro Cantar de los Cantares

Por las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma: Busquelo, y no lo hallé..

Levantareme ahora, y rodearé por la ciudad; Por las calles y por las plazas Buscaré al que ama mi alma: Busquelo, y no lo hallé..

Halláronme los guardas que rondan la ciudad, Y díjeles: ¿Habéis visto al que ama mi alma?.

Pasando de ellos un poco, Hallé luego al que mi alma ama: Trabé de él, y no lo dejé, Hasta que lo metí en casa de mi madre, Y en la cámara de la que me engendró..

Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalem, Por las gamas y por las ciervas del campo, Que no despertéis ni hagáis velar al amor, Hasta que quiera..

¿Quién es ésta que sube del desierto como columnita de humo, Sahumada de mirra y de incienso, Y de todos polvos aromáticos?.

He aquí es la litera de Salomón: Sesenta valientes la rodean, De los fuertes de Israel..

Todos ellos tienen espadas, diestros en la guerra; Cada uno su espada sobre su muslo, Por los temores de la noche..

El rey Salomón se hizo una carroza De madera del Líbano..

Sus columnas hizo de plata, Su respaldo de oro, su cielo de grana, Su interior enlosado de amor, Por las doncellas de Jerusalem..

Salid, oh doncellas de Sion, y ved al rey Salomón Con la corona con que le coronó su madre el día de su desposorio, Y el día del gozo de su corazón..