Cantar de los Cantares Capítulo 8

Dios habla con nosotros, sus hijos creados a su imagen y semejanza, y nos habla gracias a las Sagradas Escrituras que componen la Biblia. En la Sagrada Biblia podemos encontrar escrita su palabra y sus lecciones para la humanidad. De nosotros depende leerla y entender toda la sapiencia que se encuentra en sus palabras. En el capítulo 8 del Cantar de los Cantares del Nuevo Testamento de las Sagradas Escrituras se hallan encerradas porciones de bondad y sabiduría que Dios Creador proporcionó a sus hijos e hijas para que ellos pudieran estar al lado de Él.

El Cantar de los Cantares del Nuevo Testamento se compone de 8 capítulos. En esta web puedes leer e interiorizar lo que Nuestro Señor se propuso enseñarnos en el capítulo 8. Para que lo puedas leer y comprender mejor el capítulo 8 del Cantar de los Cantares se encuentra dividido en 14 versículos. De esta manera es más simple leer y retener en la memoria la palabra Dios Todopoderoso, de forma que vaya contigo siempre y te sirva para no perder el rumbo de tu vida.

Nuestro Padre, Dios Todopoderoso está siempre con nosotros, es un padre bondadoso que nos guía. Por ese motivo nos dió su palabra que nos inspira y sirve de fanal en los momentos más sombríos. En el capítulo 8 del Cantar de los Cantares del Nuevo Testamento hallarás sin duda la respuesta a muchas de las preguntas que a menudo se manifiestan durante la vida. En el inicio de tu diálogo con Dios, leer su palabra escrita en la Sagrada Biblia, y comprender profundamente los 14 versículos del capítulo 8 del Cantar de los Cantares te será de gran ayuda. De este modo tendrás siempre presente en tus oraciones cuál es el mandato de Dios Todopoderoso.

Versículos del capítulo 8 del libro Cantar de los Cantares

¡Oh quién te me diese como hermano Que mamó los pechos de mi madre; De modo que te halle yo fuera, y te bese, Y no me menosprecien!.

Yo te llevaría, te metiera en casa de mi madre: Tú me enseñarías, Y yo te hiciera beber vino Adobado del mosto de mis granadas..

Su izquierda esté debajo de mi cabeza, Y su derecha me abrace..

Conjúroos, oh doncellas de Jerusalem, Que no despertéis, ni hagáis velar al amor, Hasta que quiera..

¿Quién es ésta que sube del desierto, Recostada sobre su amado? Debajo de un manzano te desperté: Allí tuvo tu madre dolores, Allí tuvo dolores la que te parió..

Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo: Porque fuerte es como la muerte el amor; Duro como el sepulcro el celo: Sus brasas, brasas de fuego, Fuerte llama..

Las muchas aguas no podrán apagar el amor, Ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre toda la hacienda de su casa por este amor, De cierto lo menospreciaran..

Tenemos una pequeña hermana, Que no tiene pechos: ¿Qué haremos a nuestra hermana Cuando de ella se hablare?.

Si ella es muro, Edificaremos sobre él un palacio de plata: Y si fuere puerta, La guarneceremos con tablas de cedro..

Yo soy muro, y mis pechos como torres, Desde que fui en sus ojos como la que halla paz..

Salomón tuvo una viña en Baal-hamón, La cual entregó a guardas, Cada uno de los cuales debía traer mil monedas de plata por su fruto..

Mi viña, que es mía, está delante de mí: Las mil serán tuyas, oh Salomón, Y doscientas, de los que guardan su fruto..

Oh tú la que moras en los huertos, Los compañeros escuchan tu voz: Házmela oír..

Huye, amado mío; Y sé semejante al gamo, o al cervatillo, Sobre las montañas de los aromas..