Dios se comunica con nosotros, que somos fruto de su Creación, y lo hace mediante los textos sagrados recogidos en La Biblia. En la Sagrada Biblia es el lugar en donde se escribió su palabra y sus lecciones para la humanidad. De nosotros, sus hijos, depende leerla y captar toda la sapiencia que se halla en sus palabras. En el capítulo 20 del Deuteronomio del Nuevo Testamento de la Sagrada Biblia permanecen confinadas perlas de sabiduría que Dios Creador obsequió a los seres humanos con el objetivo de que ellos llegaran a acercarse a Él.
El Deuteronomio del Nuevo Testamento tiene 34 capítulos. Aquí es posible leer lo que Dios Nuestro Señor deseó revelarnos en el capítulo 20. Para que la lectura y la comprensión sean más fáciles el capítulo 20 del Deuteronomio se halla dividido en 20 versículos. De esta forma es más fácil leer y retener en la memoria la palabra del Señor, para que esté contigo siempre y te sirva para guiarte.
Nuestro Padre que todo lo puede siempre está a nuestro lado, es un padre justo que nos aconseja. Por eso nos brindó su palabra que nos inspira y sirve de fanal en los momentos más tenebrosos. En el capítulo 20 del Deuteronomio del Nuevo Testamento encontrarás con toda seguridad la respuesta a gran cantidad de dilemas que te puedan surgir durante la vida. Cuando vas a dar inicio a tu diálogo con Dios, leer su palabra escrita en los textos que componen la Biblia, y comprender en profundidad los 20 versículos del capítulo 20 del Deuteronomio te será de gran ayuda. Así tendrás siempre presente en tus plegarias en qué consiste el mandato de Dios.
Cuando salieres a la guerra contra tus enemigos, y vieres caballos y carros, un pueblo más grande que tú, no tengas temor de ellos, que Jehová tu Dios es contigo, el cual te sacó de tierra de Egipto..
Y será que, cuando os acercareis para combatir, llegarase el sacerdote, y hablará al pueblo,.
Y les dirá: Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos: no se ablande vuestro corazón, no temáis, no os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos;.
Que Jehová vuestro Dios anda con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros..
Y los oficiales hablarán al pueblo, diciendo: ¿Quién ha edificado casa nueva, y no la ha estrenado? Vaya, y vuélvase a su casa, porque quizá no muera en la batalla, y otro alguno la estrene..
¿Y quién ha plantado viña, y no ha hecho común uso de ella? Vaya, y vuélvase a su casa, porque quizá no muera en la batalla, y otro alguno la goce..
¿Y quién se ha desposado con mujer, y no la ha tomado? Vaya, y vuélvase a su casa, porque quizá no muera en la batalla, y algún otro la tome..
Y tornarán los oficiales a hablar al pueblo, y dirán: ¿Quién es hombre medroso y tierno de corazón? Vaya, y vuélvase a su casa, y no apoque el corazón de sus hermanos, como su corazón..
Y será que, cuando los oficiales acabaren de hablar al pueblo, entonces los capitanes de los ejércitos mandarán delante del pueblo..
Cuando te acercares a una ciudad para combatirla, le intimarás la paz..
Y será que, si te respondiere, Paz, y te abriere, todo el pueblo que en ella fuere hallado te serán tributarios, y te servirán..
Mas si no hiciere paz contigo, y emprendiere contigo guerra, y la cercares,.
Luego que Jehová tu Dios la entregare en tu mano, herirás a todo varón suyo a filo de espada..
Solamente las mujeres y los niños, y los animales, y todo lo que hubiere en la ciudad, todos sus despojos, tomarás para ti: y comerás del despojo de tus enemigos, los cuales Jehová tu Dios te entregó..
Así harás a todas la ciudades que estuvieren muy lejos de ti, que no fueren de las ciudades de estas gentes..
Empero de las ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida;.
Antes del todo los destruirás: al Hetheo, y al Amorrheo, y al Cananeo, y al Pherezeo, y al Heveo, y al Jebuseo; como Jehová tu Dios te ha mandado:.
Porque no os enseñen a hacer según todas sus abominaciones, que ellos hacen a sus dioses, y pequéis contra Jehová vuestro Dios..
Cuando pusieres cerco a alguna ciudad, peleando contra ella muchos días para tomarla, no destruyas su arboleda metiendo en ella hacha, porque de ella comerás; y no la talarás, que no es hombre el árbol del campo para venir contra ti en el cerco..
Mas el árbol que supieres que no es árbol para comer, lo destruirás y lo talarás, y construye baluarte contra la ciudad que pelea contigo, hasta sojuzgarla..