Esdras Capítulo 3

Dios se nos manifiesta a nosotros, que somos fruto de su Creación, y esto lo hace gracias a la Sagrada Biblia. En ella se encuentra escrita su doctrina y sus enseñanzas para la humanidad. En nuestra mano está leerla y tratar de captar toda la bondad y sabiduría que reside en sus palabras. En el capítulo 3 del Esdras del Nuevo Testamento de las Sagradas Escrituras se hallan resguardadas intensas dosis de sabiduría y conocimiento que Dios Padre proporcionó a sus hijos e hijas para que ellos pudieran estar cerca de Él.

El Esdras del Nuevo Testamento consta de 10 capítulos. Aquí te ofrecemos la posibilidad de leer e interiorizar lo que Nuestro Señor deseó mostrarnos en el capítulo 3. Para facilitar su lectura y comprensión el capítulo 3 del Esdras se halla fraccionado en 13 versículos. Así es más fácil leer y recordar la palabra del Padre, de forma que te acompañe siempre y te sirva para no perder el rumbo de tu vida.

Nuestro Amado Padre Celestial siempre está a nuestro lado, es un padre misericordioso que nos guía. Ese fue el motivo por el cual nos proporcionó su palabra que nos alumbra y sirve de fanal en los momentos más oscuros. En el capítulo 3 del Esdras del Nuevo Testamento descubrirás sin lugar a dudas la clave a gran cantidad de dilemas que te puedan surgir durante la vida. En el momento de comenzar tu diálogo con el Padre, leer su palabra escrita en la Biblia, y conocer profundamente los 13 versículos del capítulo 3 del Esdras te será de gran utilidad. De este modo te será posible tener siempre presente en tus plegarias cuál es la palabra de Dios Padre que está en los Cielos.

Versículos del capítulo 3 del libro Esdras

Y llegado el mes séptimo, y ya los hijos de Israel en las ciudades, juntose el pueblo como un solo hombre en Jerusalem..

Entonces se levantó Jesuá hijo de Josadec, y sus hermanos los sacerdotes, y Zorobabel hijo de Sealthiel, y sus hermanos, y edificaron el altar del Dios de Israel, para ofrecer sobre él holocaustos como está escrito en la ley de Moisés varón de Dios..

Y asentaron el altar sobre sus basas, bien que tenían miedo de los pueblos de las tierras, y ofrecieron sobre él holocaustos a Jehová, holocaustos a la mañana y a la tarde..

Hicieron asimismo la solemnidad de las cabañas, como está escrito, y holocaustos cada día por cuenta, conforme al rito, cada cosa en su día;.

Y a más de esto, el holocausto continuo, y las nuevas lunas, y todas las fiestas santificadas de Jehová, y todo sacrificio espontáneo, toda ofrenda voluntaria a Jehová..

Desde el primer día del mes séptimo comenzaron a ofrecer holocaustos a Jehová; mas el templo de Jehová no estaba aún fundado..

Y dieron dinero a los carpinteros y oficiales; asimismo comida y bebida y aceite a los Sidonios y Tirios, para que trajesen madera de cedro del Líbano a la mar de Joppe, conforme a la voluntad de Ciro rey de Persia acerca de esto..

Y en el año segundo de su venida a la casa de Dios en Jerusalem, en el mes segundo, comenzaron Zorobabel hijo de Sealthiel, y Jesuá hijo de Josadec, y los otros sus hermanos, los sacerdotes y los Levitas, y todos los que habían venido de la cautividad a Jerusalem; y pusieron a los Levitas de veinte años arriba para que tuviesen cargo de la obra de la casa de Jehová..

Jesuá también, sus hijos y sus hermanos, Cadmiel y sus hijos, hijos de Judá, como un solo hombre asistían para dar priesa a los que hacían la obra en la casa de Dios: los hijos de Henadad, sus hijos y sus hermanos, Levitas..

Y cuando los albañiles del templo de Jehová echaban los cimientos, pusieron a los sacerdotes vestidos de sus ropas, con trompetas, y a Levitas hijos de Asaph con címbalos, para que alabasen a Jehová, según ordenanza de David rey de Israel..

Y cantaban, alabando y confesando a Jehová, y decían: Porque es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo aclamaba con grande júbilo, alabando a Jehová, porque a la casa de Jehová se echaba el cimiento..

Y muchos de los sacerdotes y de los Levitas y de los cabezas de los padres, ancianos que habían visto la casa primera, viendo fundar esta casa, lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban grandes gritos de alegría..

Y no podía discernir el pueblo el clamor de los gritos de alegría, de la voz del lloro del pueblo: porque clamaba el pueblo con grande júbilo, y oíase el ruido hasta de lejos..