Ezequiel Capítulo 10

Dios, Nuestro Señor que está en los Cielos nos habla a nosotros, que somos fruto de su Creación, y lo hace a través de las Sagradas Escrituras que componen la Biblia. En la Sagrada Biblia podemos encontrar escrita su doctrina y sus enseñanzas para la humanidad. De nosotros, sus hijos, depende leerla y captar toda la sabiduría que reside en sus palabras. En el capítulo 10 del Ezequiel del Nuevo Testamento de las Sagradas Escrituras podemos encontrar encerradas intensas dosis de sabiduría y conocimiento que Dios Padre concedió a sus hijos para que ellos llegaran a estar cerca de Él.

El Ezequiel del Nuevo Testamento dispone de 48 capítulos. Ahora puedes leer e interiorizar lo que Nuestro Señor se propuso enseñarnos en el capítulo 10. Para una mejor lectura y comprensión el capítulo 10 del Ezequiel se encuentra fraccionado en 22 versículos. De esta forma es más simple leer y retener en la memoria la palabra del Señor, para que esté contigo siempre y te sirva como un faro para orientarte.

Nuestro Padre Bondadoso jamás nos abandona, es un padre benévolo que nos aconseja. Por eso nos proporcionó su palabra que nos ilumina y sirve de luz en los instantes más tenebrosos. En el capítulo 10 del Ezequiel del Nuevo Testamento podrás encontrar con toda seguridad la solución a muchos de los interrogantes que se puedan manifestar en la vida. Cuando vas a dar inicio a tu diálogo con Nuestro Señor, leer su palabra escrita en las Sagradas Escrituras, y conocer profundamente los 22 versículos del capítulo 10 del Ezequiel te será muy útil. Así te será posible tener siempre presente en tus plegarias en qué consiste la palabra de Dios Todopoderoso.

Versículos del capítulo 10 del libro Ezequiel

Y miré, y he aquí en la expansión que había sobre la cabeza de los querubines como una piedra de zafiro, que parecía como semejanza de un trono que se mostró sobre ellos..

Y habló al varón vestido de lienzos, y díjole: Entra en medio de la ruedas debajo de los querubines, e hinche tus manos carbones encendidos de entre los querubines, y derrama sobre la ciudad. Y entró a vista mía..

Y los querubines estaban a la mano derecha de la casa cuando este varón entró; y la nube henchía el atrio de adentro..

Y la gloria de Jehová se levantó del querubín al umbral de la puerta; y la casa fue llena de la nube, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria de Jehová..

Y el estruendo de las alas de los querubines se oía hasta el atrio de afuera, como la voz del Dios Omnipotente cuando habla..

Y aconteció que, como mandó al varón vestido de lienzos, diciendo: Toma fuego de entre las ruedas, de entre los querubines, él entró, y parose entre las ruedas..

Y un querubín extendió su mano de entre los querubines al fuego que estaba entre los querubines, y tomó, y puso en las palmas del que estaba vestido de lienzos, el cual lo tomó y saliose..

Y apareció en los querubines la figura de una mano humana debajo de sus alas..

Y miré, y he aquí cuatro ruedas junto a los querubines, junto a cada querubín una rueda; y el aspecto de las ruedas era como el de piedra de Tarsis..

Cuanto al parecer de ellas, las cuatro eran de una forma, como si estuviera una en medio de otra..

Cuando andaban, sobre sus cuatro costados andaban: no se tornaban cuando andaban, sino que al lugar adonde se volvía el primero, en pos de él iban; ni se tornaban cuando andaban..

Y toda su carne, y sus costillas, y sus manos, y sus alas, y las ruedas, lleno estaba de ojos alrededor en sus cuatro ruedas..

A las ruedas, oyéndolo yo, se les gritaba: ¡Rueda!.

Y cada uno tenía cuatro rostros. El primer rostro era de querubín; el segundo rostro, de hombre; el tercer rostro, de león; el cuarto rostro, de águila..

Y levantáronse los querubines; este es el animal que vi en el río de Chebar..

Y cuando andaban los querubines, andaban las ruedas junto con ellos; y cuando los querubines alzaban sus alas para levantarse de la tierra, las ruedas también no se volvían de junto a ellos..

Cuando se paraban ellos, parábanse ellas, y cuando ellos se alzaban, alzábanse con ellos: porque el espíritu de los animales estaba en ellas..

Y la gloria de Jehová se salió de sobre el umbral de la casa, y paró sobre los querubines..

Y alzando los querubines sus alas, levantáronse de la tierra delante de mis ojos: cuando ellos salieron, también las ruedas al lado de ellos: y paráronse a la entrada de la puerta oriental de la casa de Jehová, y la gloria del Dios de Israel estaba arriba sobre ellos..

Este era el animal que vi debajo del Dios de Israel en el río de Chebar; y conocí que eran querubines..

Cada uno tenía cuatro rostros, y cada uno cuatro alas, y figuras de manos humanas debajo de sus alas..

Y la figura de sus rostros era la de los rostros que vi junto al río de Chebar, su mismo parecer y su ser; cada uno caminaba en derecho de su rostro..