1 Corintios Capítulo 6

Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo nos habla a nosotros, que somos sus hijos, y esto lo hace a través de la Sagrada Biblia. En la Biblia es donde se encuentra escrita su doctrina y sus lecciones para la humanidad. De nosotros, sus hijos, depende leerla y asimilar toda la sabiduría que se halla en sus palabras. En el capítulo 6 del 1 Corintios del Nuevo Testamento de los textos de las Biblia se encuentran resguardadas porciones de bondad y sabiduría que el Padre otorgó a los seres humanos para que ellos llegaran a aproximarse a Él.

El 1 Corintios del Nuevo Testamento tiene 16 capítulos. En cristianismo.info te ofrecemos la posibilidad de leer e interiorizar lo que Dios quiso enseñarnos en el capítulo 6. Para una mejor lectura y comprensión el capítulo 6 del 1 Corintios está fraccionado en 20 versículos. De esta manera es más simple leer y memorizar la palabra de Dios Nuestro Señor, de forma que vaya contigo siempre y te sirva de orientación y guía.

Dios Nuestro Señor nunca nos abandona, es un padre compasivo que nos guía. Por ese motivo nos proporcionó su palabra que nos inspira y sirve de luz en los periodos más sombríos. En el capítulo 6 del 1 Corintios del Nuevo Testamento hallarás sin duda la solución a muchos de los interrogantes que a menudo se manifiestan a lo largo de la vida. En el inicio de tu diálogo con Dios, haber leído su palabra escrita en las Sagradas Escrituras, y entender en profundidad los 20 versículos del capítulo 6 del 1 Corintios te será de gran ayuda. De esta manera podrás tener siempre presente en tus rezos cuál es la verdadera palabra de Nuestro Señor.

Versículos del capítulo 6 del libro 1 Corintios

¿Osa alguno de vosotros, teniendo algo con otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos?.

¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas?.

¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿cuánto más las cosas de este siglo?.

Por tanto, si hubiereis de tener juicios de cosas de este siglo, poned para juzgar a los que son de menor estima en la iglesia..

Para avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno que pueda juzgar entre sus hermanos;.

Sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los infieles?.

Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís antes la injuria? ¿por qué no sufrís antes ser defraudados?.

Empero vosotros hacéis la injuria, y defraudáis, y esto a los hermanos..

¿No sabéis que los injustos no poseerán el reino de Dios? No erréis, que ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,.

Ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los robadores, heredarán el reino de Dios..

Y esto erais algunos: mas ya sois lavados, mas ya sois santificados, mas ya sois justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios..

Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen: todas las cosas me son lícitas, mas yo no me meteré debajo de potestad de nada..

Las viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; empero y a Él y a ellas deshará Dios. Mas el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor para el cuerpo:.

Y Dios que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder..

¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré pues los miembros de Cristo, y los haré miembros de una ramera? Lejos sea..

¿O no sabéis que el que se junta con una ramera, es hecho con ella un cuerpo? porque serán, dice, los dos en una carne..

Empero el que se junta con el Señor, un espíritu es..

Huid la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre hiciere, fuera del cuerpo es; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca..

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?.

Porque comprados sois por precio: glorificad pues a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios..