2 Corintios Capítulo 1

Dios nos habla a nosotros, que somos sus hijos, y esto lo hace por mediación de la Biblia. En la Biblia está escrita su doctrina y sus conocimientos para la humanidad. En nuestra disposición está leerla y entender toda la sabiduría que se halla en sus palabras. En el capítulo 1 del 2 Corintios del Nuevo Testamento de las Sagradas Escrituras permanecen escondidas píldoras de conocimiento que Dios Creador proporcionó a los seres humanos para que ellos tuvieran la capacidad de estar junto a Él.

El 2 Corintios del Nuevo Testamento está formado por 13 capítulos. En cristianismo.info te ofrecemos la posibilidad de leer e interiorizar aquello que Dios deseó mostrarnos en el capítulo 1. Para que sea más fácil leerlo y comprenderlo el capítulo 1 del 2 Corintios está fraccionado en 24 versículos. De este modo es más fácil leer y retener en la memoria la palabra Dios que está en los Cielos, de forma que vaya contigo siempre y te sirva como un faro para orientarte.

Nuestro Padre que todo lo puede es quien jamás nos abandonará a pesar de las circunstancias, es un padre bueno que nos guía. Por eso nos brindó su palabra que nos alumbra y sirve de faro en los periodos más oscuros. En el capítulo 1 del 2 Corintios del Nuevo Testamento descubrirás sin duda la solución a muchas de las preguntas que a menudo se manifiestan en la vida. Al principio de tu diálogo con el Altísimo, leer su palabra escrita en la Sagrada Biblia, y dominar profundamente los 24 versículos del capítulo 1 del 2 Corintios te será de mucha ayuda. Así tendrás siempre presente en tus rezos cuál es la verdadera palabra de Nuestro Señor.

Versículos del capítulo 1 del libro 2 Corintios

Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y Timoteo el hermano, a la iglesia de Dios que está en Corinto, juntamente con todos los santos que están por toda la Acaya:.

Gracia y paz a vosotros de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo..

Bendito sea el Dios y Padre del Señor Jesucristo, el Padre de misericordias, y el Dios de toda consolación,.

El cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquiera angustia, con la consolación con que nosotros somos consolados de Dios..

Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación..

Mas si somos atribulados, es por vuestra consolación y salud; la cual es obrada en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos: o si somos consolados, es por vuestra consolación y salud;.

Y nuestra esperanza de vosotros es firme; estando ciertos que como sois compañeros de las aflicciones, así también lo sois de la consolación..

Porque hermanos, no queremos que ignoréis de nuestra tribulación que nos fue hecha en Asia; que sobremanera fuimos cargados sobre nuestras fuerzas de tal manera que estuviésemos en duda de la vida..

Mas nosotros tuvimos en nosotros mismos respuesta de muerte, para que no confiemos en nosotros mismos, sino en Dios que levanta los muertos:.

El cual nos libró y libra de tanta muerte; en el cual esperamos que aun nos librará;.

Ayudándonos también vosotros con oración por nosotros, para que por la merced hecha a nos por respeto de muchos, por muchos sean hechas gracias por nosotros..

Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con simplicidad y sinceridad de Dios, no con sabiduría carnal, mas con la gracia de Dios, hemos conversado en el mundo, y muy más con vosotros..

Porque no os escribimos otras cosas de las que leéis, o también conocéis: y espero que aun hasta el fin las conoceréis:.

Como también en parte habéis conocido que somos vuestra gloria, así como también vosotros la nuestra, para el día del Señor Jesús..

Y con esta confianza quise primero ir a vosotros, para que tuvieseis una segunda gracia;.

Y por vosotros pasar a Macedonia, y de Macedonia venir otra vez a vosotros, y ser vuelto de vosotros a Judea..

Así que, pretendiendo esto, ¿usé quizá de liviandad? o lo que pienso hacer, ¿piénsolo según la carne, para que haya en mí Sí y No?.

Antes, Dios fiel sabe que nuestra palabra para con vosotros no es Sí y No..

Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que por nosotros ha sido entre vosotros predicado, por mí y Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en Él..

Porque todas las promesas de Dios son en Él Sí, y en Él Amén, por nosotros a gloria de Dios..

Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios;.

El cual también nos ha sellado, y dado la prenda del Espíritu en nuestros corazones..

Mas yo llamo a Dios por testigo sobre mi alma, que por ser indulgente con vosotros no he pasado todavía a Corinto..

No que nos enseñoreemos de vuestra fe, mas somos ayudadores de vuestro gozo: porque por la fe estáis firmes..