2 Pedro Capítulo 1

Dios, Nuestro Señor nos habla a nosotros, sus hijos e hijas, y esto lo hace por mediación de la Sagrada Biblia. En la Biblia se encuentra escrita su palabra y sus lecciones para la humanidad. Nosotros disponemos del libre albedrío para leerla y entender toda la sabiduría que se encuentra en sus palabras. En el capítulo 1 del 2 Pedro del Nuevo Testamento de la Biblia encontramos resguardadas perlas de sabiduría que Dios Creador otorgó a sus hijos e hijas para que ellos pudieran estar cerca de Él.

El 2 Pedro del Nuevo Testamento se compone de 3 capítulos. Ahora en nuestra web puedes leer y aprender aquello que Nuestro Señor se propuso mostrarnos en el capítulo 1. Para que la lectura y la comprensión sean más fáciles el capítulo 1 del 2 Pedro está dividido en 21 versículos. Así es más fácil leer y memorizar la palabra de Dios Nuestro Señor, para que esté a tu lado siempre y te sirva de brújula en la vida.

Nuestro Padre Bondadoso nunca nos abandona, es un padre misericordioso que nos guía. Por eso nos regaló su palabra que nos inspira y sirve de antorcha en los periodos más tenebrosos. En el capítulo 1 del 2 Pedro del Nuevo Testamento hallarás con toda seguridad la clave a muchos de los interrogantes que puedan aparecer durante la vida. Cuando vas a dar inicio a tu diálogo con Nuestro Señor, leer su palabra escrita en los textos que componen la Biblia, y entender profundamente los 21 versículos del capítulo 1 del 2 Pedro te será extremadamente útil. Así tendrás siempre presente en tus oraciones cuál es la verdadera palabra de Dios.

Versículos del capítulo 1 del libro 2 Pedro

Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado fe igualmente preciosa con nosotros en la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo:.

Gracia y paz os sea multiplicada en el conocimiento de Dios, y de nuestro Señor Jesús..

Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos sean dadas de su divina potencia, por el conocimiento de aquel que nos ha llamado por su gloria y virtud:.

Por las cuales nos son dadas preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas fueseis hechos participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que está en el mundo por concupiscencia..

Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, mostrad en vuestra fe virtud, y en la virtud ciencia;.

Y en la ciencia templanza, y en la templanza paciencia, y en la paciencia temor de Dios;.

Y en el temor de Dios, amor fraternal, y en el amor fraternal caridad..

Porque si en vosotros hay estas cosas, y abundan, no os dejarán estar ociosos, ni estériles en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo..

Mas el que no tiene estas cosas, es ciego, y tiene la vista muy corta, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados..

Por lo cual, hermanos, procurad tanto más de hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás..

Porque de esta manera os será abundantemente administrada la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo..

Por esto, yo no dejaré de amonestaros siempre de estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente..

Porque tengo por justo, en tanto que estoy en este tabernáculo, de incitaros con amonestación:.

Sabiendo que brevemente tengo de dejar mi tabernáculo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado..

También yo procuraré con diligencia, que después de mi fallecimiento, vosotros podáis siempre tener memoria de estas cosas..

Porque no os hemos dado a conocer la potencia y la venida de nuestro Señor Jesucristo, siguiendo fábulas por arte compuestas; sino como habiendo con nuestros propios ojos visto su majestad..

Porque Él había recibido de Dios Padre honra y gloria, cuando una tal voz fue a Él enviada de la magnífica gloria: Este es el amado Hijo mío, en el cual yo me he agradado..

Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos juntamente con Él en el monte santo..

Tenemos también la palabra profética más permanente, a la cual hacéis bien de estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro hasta que el día esclarezca, y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones:.

Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de particular interpretación;.

Porque la profecía no fue en los tiempos pasados traída por voluntad humana, sino los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados del Espíritu Santo..