Samuel (textos sagrados), dos libros del Antiguo Testamento que constituyen la principal fuente de la historia de Israel durante los siglos XI y X a.C. En su origen fue un solo libro en el canon hebreo de la Biblia. Los dos contienen la historia de Samuel, el último juez de Israel y el primer profeta después de Moisés, así como la historia de los dos reyes Saúl y David.
En las Biblias modernas, los dos libros de Samuel se encuentran delante de los dos libros de Reyes. Los primeros en dividir los libros fueron los eruditos que elaboraron la primera versión griega del Antiguo Testamento conocida como la Septuaginta. Estos sabios designaron a los cuatro libros separados como primer, segundo, tercer y cuarto libro de los 'Reinos'. Esta división continuó en las siguientes primeras versiones en latín del Antiguo Testamento y llegó hasta los tiempos modernos. La división de Samuel en dos libros no apareció en las Biblias hebreas hasta mediados del siglo XV d.C. Sin embargo, en la Biblia hebrea, los primeros dos libros llevaban el nombre de Samuel desde mucho tiempo antes.
Los libros de Samuel relatan la historia del pueblo israelita desde finales del periodo de los Jueces hasta los últimos días de la vida y reinado del rey David. Este periodo, breve hasta cierto punto, es importantísimo en la historia judía, porque fue entonces cuando se estableció la primera monarquía hebrea y las tribus israelitas se unificaron dentro de un único reino con Jerusalén como capital. La narración puede dividirse en tres partes principales: los hechos que acaecieron en el periodo desde el nacimiento de Samuel hasta que ungió a Saúl como primer rey hebreo (1 Sam. 1-7); los acontecimientos que se produjeron durante el reinado de Saúl (1 Sam. 8-2 Sam. 1), y los hechos que ocurrieron durante el reinado de David (2 Sam. 2-24).
La tradición talmúdica considera a Samuel autor del primero de los libros que llevan su nombre. El capítulo de la obra que relata los sucesos que tuvieron lugar después de su muerte se considera fruto del trabajo del adivino hebreo Gad y el profeta Natán. Por lo general, los especialistas modernos coinciden en que los libros son obras compuestas por varios autores y autores-editores que recurren a fuentes muy distintas. Algunos sugieren que los libros fueron redactados a partir de dos fuentes, denominadas la Fuente Antigua y la Fuente Posterior. Se dice que la Fuente Antigua data del reinado de Salomón (hacia los años 961-922 a.C.), y que es posible que fuera redactada por una única persona. En cuanto a la Fuente Posterior, se calcula que fue escrita entre el 750 y el 650 a.C. Otros especialistas sugieren que se utilizaron tres fuentes principales, denominadas L, J y E. Se cree que las más antiguas han sido J y L (finales del siglo X); en cuanto a E, se considera que data de finales del siglo IX o principios del VIII a.C. La Fuente Antigua y las fuentes L y J favorecen la instauración de la monarquía, por dictado de la divinidad. Por su parte, la Fuente Posterior y E, desaprueban la monarquía, condenándola por innecesaria y por constituir un rechazo nacional a Dios como auténtico monarca de Israel. Sean cuales fueren sus orígenes y autores, los dos libros de Samuel han sido desde siempre muy apreciados por su incalculable valor histórico y literario.