Dios, Nuestro Señor que está en los Cielos se nos revela a nosotros, que somos sus hijos, y esto lo hace por mediación de las Sagradas Escrituras que componen la Biblia. En la Sagrada Biblia está escrita su palabra y sus enseñanzas para la humanidad. De nosotros depende leerla y asimilar toda la bondad y sabiduría que se encuentra en sus palabras. En el capítulo 14 del 2 Samuel del Nuevo Testamento de la Sagrada Biblia están escondidas perlas de sabiduría que el Padre regaló a sus hijos e hijas con el objetivo de que ellos tuvieran la capacidad de aproximarse a Él.
El 2 Samuel del Nuevo Testamento está compuesto por 24 capítulos. En nuestra web puedes leer y aprender lo que Dios Nuestro Señor quiso enseñarnos en el capítulo 14. Para que sea más fácil leerlo y comprenderlo el capítulo 14 del 2 Samuel se halla fraccionado en 33 versículos. Así es más simple leer y retener en la memoria la palabra de Dios, para que esté a tu lado siempre y te sirva de orientación y guía.
Nuestro Padre Bondadoso está siempre con nosotros, es un padre bueno que nos orienta. Por eso nos dió su palabra que nos ilumina y sirve de antorcha en los instantes más tenebrosos. En el capítulo 14 del 2 Samuel del Nuevo Testamento encontrarás sin duda la clave a muchas de las cuestiones que puedan aparecer a lo largo de la vida. En el momento de comenzar tu diálogo con el Altísimo, haber leído su palabra escrita en la Sagrada Biblia, y conocer en profundidad los 33 versículos del capítulo 14 del 2 Samuel te será de gran ayuda. De este modo podrás tener siempre presente en tus plegarias cuál es la verdadera palabra de Nuestro Señor.
Y conociendo Joab hijo de Sarvia, que el corazón del rey estaba por Absalom,.
Envió Joab a Tecoa, y tomó de allá una mujer astuta, y díjole: Yo te ruego que te enlutes, y te vistas de ropas de luto, y no te unjas con óleo, antes sé como mujer que ha mucho tiempo que trae luto por algún muerto;.
Y entrando al rey, habla con él de esta manera. Y puso Joab las palabras en su boca..
Entró pues aquella mujer de Tecoa al rey, y postrándose en tierra sobre su rostro hizo reverencia, y dijo: Oh rey, salva..
Y el rey dijo: ¿Qué tienes? Y ella respondió: Yo a la verdad soy una mujer viuda y mi marido es muerto..
Y tu sierva tenía dos hijos y los dos riñeron en el campo; y no habiendo quien los despartiese, hirió el uno al otro, y matolo..
Y he aquí toda la parentela se ha levantado contra tu sierva, diciendo: Entrega al que mató a su hermano, para que le hagamos morir por la vida de su hermano a quien él mató, y quitemos también el heredero. Así apagarán el ascua que me ha quedado, no dejando a mi marido nombre ni reliquia sobre la tierra..
Entonces el rey dijo a la mujer: Vete a tu casa, que yo mandaré acerca de ti..
Y la mujer de Tecoa dijo al rey: Rey señor mío, la maldad sea sobre mí y sobre la casa de mi padre; mas el rey y su trono sin culpa..
Y el rey dijo: Al que hablare contra ti, tráelo a mí, que no te tocará más..
Dijo ella entonces: Ruégote, oh rey, que te acuerdes de Jehová tu Dios, que no dejes a los cercanos de la sangre aumentar el daño con destruir a mi hijo. Y él respondió: Vive Jehová, que no caerá ni un cabello de la cabeza de tu hijo en tierra..
Y la mujer dijo: Ruégote que hable tu criada una palabra a mi señor el rey. Y él dijo: Habla..
Entonces la mujer dijo: ¿Por qué pues piensas tú otro tanto contra el pueblo de Dios? que hablando el rey esta palabra, es como culpado, por cuanto el rey no hace volver a su fugitivo..
Porque de cierto morimos, y somos como aguas derramadas por tierra, que no pueden volver a recogerse: ni Dios quita la vida, sino que arbitra medio para que su desviado no sea de él excluido..
Y que yo he venido ahora para decir esto al rey mi señor, es porque el pueblo me ha puesto miedo. Mas tu sierva dijo: Hablaré ahora al rey: quizá él hará lo que su sierva diga..
Pues el rey oirá, para librar a su sierva de mano del hombre que me quiere raer a mí, y a mi hijo juntamente, de la heredad de Dios..
Tu sierva pues dice: Que sea ahora la respuesta de mi señor el rey para descanso; pues que mi señor el rey es como un ángel de Dios para escuchar lo bueno y lo malo. Así Jehová tu Dios sea contigo..
Entonces él respondió, y dijo a la mujer: Yo te ruego que no me encubras nada de lo que yo te preguntare. Y la mujer dijo: Hable mi señor el rey..
Y el rey dijo: ¿No ha sido la mano de Joab contigo en todas estas cosas? Y la mujer respondió y dijo: Vive tu alma, rey señor mío, que no hay que apartarse a derecha ni a izquierda de todo lo que mi señor el rey ha hablado: porque tu siervo Joab, él me mandó, y él puso en boca de tu sierva todas estas palabras;.
Y que trocara la forma de las palabras, Joab tu siervo lo ha hecho: mas mi señor es sabio, conforme a la sabiduría de un ángel de Dios, para conocer lo que hay en la tierra..
Entonces el rey dijo a Joab: He aquí yo hago esto: ve, y haz volver al mozo Absalom..
Y Joab se postró en tierra sobre su rostro, e hizo reverencia, y después que bendijo al rey, dijo: Hoy ha entendido tu siervo que he hallado gracia en tus ojos, rey señor mío; pues que ha hecho el rey lo que su siervo ha dicho..
Levantóse luego Joab, y fue a Gessur, y volvió a Absalom a Jerusalem..
Mas el rey dijo: Váyase a su casa, y no vea mi rostro. Y volviose Absalom a su casa, y no vio el rostro del rey..
Y no había en todo Israel hombre tan hermoso como Absalom, de alabar en gran manera: desde la planta de su pie hasta la mollera no había en él defecto..
Y cuando se cortaba el cabello, (lo cual hacía al fin de cada año, pues le causaba molestia, y por eso se lo cortaba,) pesaba el cabello de su cabeza doscientos siclos de peso real..
Y Naciéronle a Absalom tres hijos, y una hija que se llamó Thamar, la cual era hermosa de ver..
Y estuvo Absalom por espacio de dos años en Jerusalem, y no vio la cara del rey..
Y mandó Absalom por Joab, para enviarlo al rey; mas no quiso venir a él; ni aunque envió por segunda vez, quiso él venir..
Entonces dijo a sus siervos: Bien sabéis las tierras de Joab junto a mi lugar, donde tiene sus cebadas; id, y pegadles fuego; y los siervos de Absalom pegaron fuego a las tierras..
Levantóse por tanto Joab, y vino a Absalom a su casa, y díjole: ¿Por qué han puesto fuego tus siervos a mis tierras?.
Y Absalom respondió a Joab: He aquí, yo he enviado por ti, diciendo que vinieses acá, a fin de enviarte yo al rey a que le dijeses: ¿Para qué vine de Gessur? mejor me fuera estar aún allá. Vea yo ahora la cara del rey; y si hay en mí pecado, máteme..
Vino pues Joab al rey, e hízoselo saber. Entonces llamó a Absalom, el cual vino al rey, e inclinó su rostro a tierra delante del rey: y el rey besó a Absalom..