Dios Padre nos habla a nosotros, que somos fruto de su Creación, y esto lo hace gracias a los textos sagrados recogidos en La Biblia. En la Sagrada Biblia es donde se encuentra escrita su palabra y sus enseñanzas para la humanidad. En nuestra mano está leerla y recibir toda la sapiencia que se halla en sus palabras. En el capítulo 9 del 2 Samuel del Nuevo Testamento de los textos de las Biblia permanecen escondidas perlas de sabiduría que Dios Padre regaló a sus hijos para que ellos llegaran a estar cerca de Él.
El 2 Samuel del Nuevo Testamento tiene 24 capítulos. Ahora en nuestra web tienes la posibilidad de leer y aprehender lo que Nuestro Señor se propuso enseñarnos en el capítulo 9. Para que la lectura y la comprensión sean más fáciles el capítulo 9 del 2 Samuel se halla dividido en 13 versículos. De esta manera es más sencillo leer y retener en la memoria la palabra del Padre, de modo que vaya contigo siempre y te sirva para guiarte.
Dios Nuestro Señor está siempre con nosotros, es un padre bueno que nos aconseja. Por ese motivo nos proporcionó su palabra que nos ilumina y sirve de antorcha en los instantes más sombríos. En el capítulo 9 del 2 Samuel del Nuevo Testamento podrás encontrar sin lugar a dudas la respuesta a muchas de las dudas que a menudo se manifiestan durante la vida. Cuando vas a dar inicio a tu diálogo con el Altísimo, el hecho de leer su palabra escrita en las Sagradas Escrituras, y entender en profundidad los 13 versículos del capítulo 9 del 2 Samuel te será de gran ayuda. Así podrás tener siempre presente en tus rezos cuál es el mandato de Nuestro Señor.
Y dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonathán?.
Y había un siervo de la casa de Saúl, que se llamaba Siba, al cual como llamaron que viniese a David, el rey le dijo: ¿Eres tú Siba? Y él respondió: Tu siervo..
Y el rey dijo: ¿No ha quedado nadie de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey: Aun ha quedado un hijo de Jonathán, lisiado de los pies..
Entonces el rey le dijo: ¿Y ése dónde está? Y Siba respondió al rey: He aquí, está en casa de Machîr hijo de Amiel, en Lodebar..
Y envió el rey David, y tomolo de casa de Machîr hijo de Amiel, de Lodebar..
Y venido Mephi-boseth, hijo de Jonathán hijo de Saúl, a David, postrose sobre su rostro, e hizo reverencia. Y dijo David: Mephi-boseth. Y él respondió: He aquí tu siervo..
Y díjole David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonathán tu padre, y te haré volver todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre pan a mi mesa..
Y él inclinándose, dijo: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo?.
Entonces el rey llamó a Siba, siervo de Saúl, y díjole: Todo lo que fue de Saúl y de toda su casa, yo lo he dado al hijo de tu señor..
Tú pues le labrarás las tierras, tú con tus hijos, y tus siervos, y encerrarás los frutos, para que el hijo de tu Señor tenga con qué mantenerse; y Mephi-boseth el hijo de tu señor tenga con qué mantenerse; y Mephi-boseth el hijo de tu señor comerá siempre pan a mi mesa. Y tenía Siba quince hijos y veinte siervos..
Y respondió Siba al rey: Conforme a todo lo que ha mandado mi Señor el rey a su siervo, así lo hará tu siervo. Mephi-boseth, dijo el rey, comerá a mi mesa, como uno de los hijos del rey..
Y tenía Mephi-boseth un hijo pequeño, que se llamaba Michâ. Y toda la familia de la casa de Siba eran siervos de Mephi-boseth..
Y moraba Mephi-boseth en Jerusalem, porque comía siempre a la mesa del rey; y era cojo de ambos pies..