Dios, Nuestro Señor habla con nosotros, sus hijos e hijas, y esto lo hace por mediación de la Sagrada Biblia. En la Sagrada Biblia está escrita su palabra y sus conocimientos para la humanidad. De nosotros depende leerla y aprehender toda la bondad y sabiduría que se halla en sus palabras. En el capítulo 36 del Isaías del Nuevo Testamento de los textos de las Biblia están resguardadas intensas dosis de sabiduría y conocimiento que Dios Nuestro Señor regaló a los seres humanos para que así ellos pudieran estar junto a Él.
El Isaías del Nuevo Testamento está formado por 66 capítulos. En esta web tienes la posibilidad de leer y aprender lo que Dios Nuestro Señor quiso enseñarnos en el capítulo 36. Para una mejor lectura y comprensión el capítulo 36 del Isaías se halla fraccionado en 22 versículos. Así es más sencillo leer y aprender de memoria la palabra de Dios, para que así te acompañe siempre y te sirva de guía.
Nuestro Amado Padre Celestial no nos deja nunca solos, es un padre bondadoso que nos guía. Por ese motivo nos obsequió con su palabra que nos ilumina y sirve de antorcha en los instantes más sombríos. En el capítulo 36 del Isaías del Nuevo Testamento descubrirás sin lugar a dudas la solución a muchas de las preguntas que puedan aparecer en la vida. A la hora de iniciar tu diálogo con el Padre, leer su palabra escrita en los textos que componen la Biblia, y entender en profundidad los 22 versículos del capítulo 36 del Isaías te será de mucha ayuda. De este modo tendrás siempre presente en tus plegarias en qué consiste el mandato de Dios.
Aconteció en el año catorce del rey Ezechîas, que Sennachêrib rey de Asiria subió contra todas las ciudades fuertes de Judá, y tomolas..
Y el rey de Asiria envió a Rabsaces con grande ejército desde Lachîs a Jerusalem al rey Ezechîas: y asentó el campo a los caños de la pesquera de arriba, en el camino de la heredad del Lavador..
Y salió a él Eliacim hijo de Hilcías mayordomo, y Sebna, escriba, y Joah hijo de Asaph, canciller..
A los cuales dijo Rabsaces: Ahora pues, diréis a Ezechîas: El gran rey, el rey de Asiria, dice así: ¿Qué confianza es ésta en que confías?.
Digo, alegas tú, (empero palabras vanas) que tengo consejo y fortaleza para la guerra. Ahora bien, ¿en quién confías que te rebelas contra mí?.
He aquí que confías en este bordón de caña frágil, en Egipto, sobre el cual si alguien se apoyare, entrarásele por la mano, y se la atravesará. Tal es Faraón rey de Egipto para con todos los que en él confían..
Y si me dijeres, En Jehová nuestro Dios confiamos; ¿no es éste aquel cuyos altos y cuyos altares hizo quitar Ezechîas, y dijo a Judá y a Jerusalem: Delante de este altar adoraréis?.
Ahora pues yo te ruego que des rehenes al rey de Asiria mi señor, y yo te daré dos mil caballos, si pudieres tú dar caballeros que cabalguen sobre ellos..
¿Cómo pues harás volver el rostro de un capitán de los más pequeños siervos de mi señor, aunque estés confiado en Egipto por sus carros y hombres de a caballo?.
¿Y por ventura vine yo ahora a esta tierra para destruirla sin Jehová Jehová me dijo: Sube a esta tierra para destruirla?.
Entonces dijo Eliacim, y Sebna y Joah a Rabsaces: Rogámoste que hables a tus siervos en lengua siriaca, porque nosotros la entendemos: y no hables con nosotros en lengua judaica, oyéndolo el pueblo que está sobre el muro..
Y dijo Rabsaces: ¿Enviome mi señor a ti y a tu señor, a que dijese estas palabras, y no a los hombres que están sobre el muro, para comer su estiércol y beber su orina con vosotros?.
Púsose luego en pie Rabsaces, y gritó a grande voz en lengua judaica, diciendo: Oíd las palabras del gran rey, el rey de Asiria..
El rey dice así: No os engañe Ezechîas, porque no os podrá librar..
Ni os haga Ezechîas confiar en Jehová, diciendo: Ciertamente Jehová nos librará: no será entregada esta ciudad en manos del rey de Asiria..
No escuchéis a Ezechîas: porque el rey de Asiria dice así: Haced conmigo paz, y salid a mí; y coma cada uno de su viña, y cada uno de su higuera, y beba cada cual las aguas de su pozo;.
Hasta que yo venga y os lleve a una tierra como la vuestra, tierra de grano y de vino, tierra de pan y de viñas..
Mirad no os engañe Ezechîas diciendo: Jehová nos librará. ¿Libraron los dioses de las gentes cada uno a su tierra de la mano del rey de Asiria?.
¿Dónde está el dios de Hamath y de Arphad? ¿dónde está el dios de Sepharvaim? ¿libraron a Samaria de mi mano?.
¿Qué dios hay entre los dioses de estas tierras, que haya librado su tierra de mi mano, para que Jehová libre de mi mano a Jerusalem?.
Mas callaron, y no le respondieron palabra; porque el rey así lo había mandado, diciendo: No le respondáis..
Entonces Eliacim hijo de Hilcías mayordormo, y Sebna escriba, y Joah hijo de Asaph canciller, vinieron a Ezechîas rotos sus vestidos, y contáronle las palabras de Rabsaces..