Isaías Capítulo 50

Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo se dirige a nosotros, que somos fruto de su Creación, y nos habla a través de la Biblia. En la Sagrada Biblia está escrita su doctrina y sus enseñanzas para la humanidad. Nosotros somos quienes decidimos si leerla y recibir toda la sapiencia que se encuentra en sus palabras. En el capítulo 50 del Isaías del Nuevo Testamento de las Sagradas Escrituras se encuentran resguardadas auténticas dosis de conocimiento y bondad que Dios Padre otorgó a los hombres con el objetivo de que ellos pudieran aproximarse a Él.

El Isaías del Nuevo Testamento dispone de 66 capítulos. En cristianismo.info puedes leer lo que Dios, en toda su Bondad deseó revelarnos en el capítulo 50. De modo que sea más fácil leerlo, analizarlo y comprenderlo el capítulo 50 del Isaías se halla dividido en 11 versículos. De esta manera es más sencillo leer y memorizar la palabra de Dios, para que esté contigo siempre y te sirva como un faro para orientarte.

Dios Nuestro Señor jamás nos abandona, es un padre benévolo que nos orienta. Por eso nos obsequió con su palabra que nos inspira y sirve de luz en los instantes más tenebrosos. En el capítulo 50 del Isaías del Nuevo Testamento encontrarás con toda seguridad la clave a muchos de los interrogantes que te puedan surgir en la vida. Cuando vas a dar inicio a tu diálogo con el Altísimo, leer su palabra escrita en la Biblia, y comprender en profundidad los 11 versículos del capítulo 50 del Isaías te será extremadamente útil. Así podrás tener siempre presente en tus plegarias cuál es la palabra de Dios Todopoderoso.

Versículos del capítulo 50 del libro Isaías

Así dijo Jehová: ¿Qué es de la carta de repudio de vuestra madre, con la cual yo la repudié? ¿ó quiénes son mis acreedores, a quienes os he yo vendido? He aquí que por vuestras maldades sois vendidos, y por vuestras rebeliones fue repudiada vuestra madre:.

Porque vine, y nadie pareció; llamé, y nadie respondió. ¿Ha llegado a acortarse mi mano, para no redimir? ¿no hay en mí poder para librar? He aquí que con mi reprensión hago secar la mar; torno los ríos en desierto, hasta pudrirse sus peces, y morirse de sed por falta de agua..

Visto de oscuridad los cielos, y torno como saco su cobertura..

El Señor Jehová me dio lengua de sabios, para saber hablar en sazón palabra al cansado; despertará de mañana, despertarame de mañana oído, para que oiga como los sabios..

El Señor Jehová me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni me torné atrás..

Dí mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban el cabello: no escondí mi rostro de las injurias y esputos..

Porque el Señor Jehová me ayudará; por tanto no me avergoncé: por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado..

Cercano está de mí el que me justifica; ¿quién contenderá conmigo? juntémonos. ¿Quién es el adversario de mi causa? acérquese a mí..

He aquí que el Señor Jehová me ayudará; ¿quién hay que me condene? He aquí que todos ellos como ropa de vestir se envejecerán, los comerá polilla..

¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? el que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios..

He aquí que todos vosotros encendéis fuego, y estáis cercados de centellas: andad a la luz de vuestro fuego, y a las centellas que encendisteis. De mi mano os vendrá esto; en dolor seréis sepultados..