Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo habla con nosotros, sus hijos e hijas, y lo hace gracias a la Biblia. En ella podemos encontrar escrita su palabra y sus conocimientos para la humanidad. De nosotros, sus hijos, depende leerla y asimilar toda la bondad y sabiduría que se encuentra en sus palabras. En el capítulo 63 del Isaías del Nuevo Testamento de la Biblia se hallan confinadas píldoras de conocimiento que Dios Padre concedió a sus hijos e hijas para que así ellos tuvieran la capacidad de estar cerca de Él.
El Isaías del Nuevo Testamento está formado por 66 capítulos. Ahora en cristianismo.info es posible leer y estudiar lo que Dios se propuso enseñarnos en el capítulo 63. Para facilitar su lectura y comprensión el capítulo 63 del Isaías está dividido en 19 versículos. De este modo es más sencillo leer y aprender de memoria la palabra Dios que está en los Cielos, de modo que esté contigo siempre y te sirva de orientación y guía.
Nuestro Padre Todopoderoso no nos deja nunca solos, es un padre bondadoso que nos guía. Por ese motivo nos regaló su palabra que nos orienta y sirve de linterna en los instantes más oscuros. En el capítulo 63 del Isaías del Nuevo Testamento podrás encontrar sin duda la solución a muchas de las preguntas que de pronto aparecen durante la vida. Al principio de tu diálogo con el Altísimo, leer su palabra escrita en los textos que componen la Biblia, y comprender profundamente los 19 versículos del capítulo 63 del Isaías te será de mucha ayuda. Así tendrás siempre presente en tus oraciones en qué consiste la palabra de Dios Todopoderoso.
¿Quién es éste que viene de Edom, de Bosra con vestidos bermejos? ¿éste hermoso en su vestido, que marcha en la grandeza de su poder? Yo, el que hablo en justicia, grande para salvar..
¿Por qué es bermejo tu vestido, y tus ropas como del que ha pisado en lagar?.
Pisado he yo solo el lagar, y de los pueblos nadie fue conmigo: piselos con mi ira, y hollelos con mi furor; y su sangre salpicó mis vestidos, y ensucié todas mis ropas..
Porque el día de la venganza está en mi corazón, y el año de mis redimidos es venido..
Y miré y no había quien ayudará, y maravilleme que no hubiera quien sustentase: y salvome mi brazo, y sostúvome mi ira..
Y con mi ira hollé los pueblos, y embriaguelos de mi furor, y derribé a tierra su fortaleza..
De las misericordias de Jehová haré memoria, de las alabanzas de Jehová, conforme a todo lo que Jehová nos ha dado, y de la grandeza de su beneficencia hacia la casa de Israel, que les ha hecho según sus misericordias, y según la multitud de sus miseraciones..
Porque dijo: Ciertamente mi pueblo son, hijos que no mienten; y fue su Salvador..
En toda angustia de ellos él fue angustiado, y el ángel de su faz los salvó: en su amor y en su clemencia los redimió, y los trajo, y los levantó todos los días del siglo..
Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su espíritu santo; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos..
Empero acordose de los días antiguos, de Moisés y de su pueblo, diciendo: ¿Dónde está el que les hizo subir de la mar con el pastor de su rebaño? ¿dónde el que puso en medio de él su espíritu santo?.
¿El que los guió por la diestra de Moisés con el brazo de su gloria; el que rompió las aguas delante de ellos, haciéndose así nombre perpetuo?.
¿El que los condujo por los abismos, como un caballo por el desierto, sin que tropezaran?.
El espíritu de Jehová los pastoreó, como a una bestia que desciende al valle; así pastoreaste tu pueblo, para hacerte nombre glorioso..
Mira desde el cielo, y contempla desde la morada de tu santidad y de tu gloria: ¿dónde está tu celo, y tu fortaleza, la conmoción de tus entrañas y de tus miseraciones para conmigo? ¿hanse estrechado?.
Tú empero eres nuestro padre, si bien Abraham nos ignora, e Israel no nos conoce: tú, oh Jehová, eres nuestro padre; nuestro Redentor perpetuo es tu nombre..
¿Por qué, oh Jehová, nos has hecho errar de tus caminos, y endureciste nuestro corazón a tu temor? Vuélvete por amor de tus siervos, por las tribus de tu heredad..
Por poco tiempo lo poseyó el pueblo de tu santidad: nuestros enemigos han hollado tu santuario..
Hemos venido a ser como aquellos de quienes nunca te enseñoreaste, sobre los cuales nunca fue llamado tu nombre..