Jeremías Capítulo 24

Dios, Nuestro Señor habla con nosotros, sus hijos creados a su imagen y semejanza, y lo hace gracias a la Sagrada Biblia. En la Sagrada Biblia está escrita su palabra y sus lecciones para la humanidad. En nuestra mano está leerla y comprender toda la bondad y sabiduría que reside en sus palabras. En el capítulo 24 del Jeremías del Nuevo Testamento de la Sagrada Biblia se hallan escondidas perlas de sabiduría que Dios Creador proporcionó a los hombres para que así ellos pudieran estar al lado de Él.

El Jeremías del Nuevo Testamento está formado por 52 capítulos. Ahora en nuestra web es posible leer y aprender aquello que Nuestro Señor quiso enseñarnos en el capítulo 24. De modo que sea más fácil leerlo, analizarlo y comprenderlo el capítulo 24 del Jeremías se encuentra fraccionado en 10 versículos. De esta forma es más fácil leer y retener en la memoria la palabra Dios que está en los Cielos, para que así te acompañe siempre y te sirva como un faro para orientarte.

Nuestro Padre que todo lo puede no nos deja nunca solos, es un padre benévolo que nos aconseja. Por ese motivo nos obsequió con su palabra que nos ilumina y sirve de faro en los trances más tenebrosos. En el capítulo 24 del Jeremías del Nuevo Testamento podrás encontrar con toda seguridad la clave a muchas de las preguntas que puedan aparecer en la vida. En el inicio de tu diálogo con Nuestro Señor, leer su palabra escrita en la Sagrada Biblia, y dominar profundamente los 10 versículos del capítulo 24 del Jeremías te será de mucha ayuda. De esta manera tendrás siempre presente en tus rezos en qué consiste la verdadera palabra de Dios Padre que está en los Cielos.

Versículos del capítulo 24 del libro Jeremías

Mostrome Jehová, y he aquí dos cestas de higos puestas delante del templo de Jehová, después de haber trasportado Nabucodonosor rey de Babilonia a Jechônías hijo de Joacim, rey de Judá, y a los príncipes de Judá, y a los oficiales y herreros de Jerusalem, y haberlos llevado a Babilonia..

La una cesta tenía higos muy buenos, como brevas; y la otra cesta tenía higos muy malos, que no se podían comer de malos..

Y díjome Jehová: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Higos, higos buenos, muy buenos; y malos, muy malos, que de malos no se pueden comer..

Y fue a mí palabra de Jehová, diciendo:.

Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Como a estos buenos higos, así conoceré la trasportación de Judá al cual eché de este lugar a tierra de Caldeos, para bien..

Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y volverelos a esta tierra; y los edificaré, y no los destruiré: plantarelos, y no los arrancaré..

Y les daré corazón para que me conozcan, que yo soy Jehová: y me serán por pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se volverán a mí de todo su corazón..

Y como los malos higos, que de malos no se pueden comer, así, ha dicho Jehová, daré a Sedechîas rey de Judá, y a sus príncipes, y al resto de Jerusalem que quedaron en esta tierra, y que moran en la tierra de Egipto..

Y darelos por escarnio, por mal a todos los reinos de la tierra: por infamia, y por ejemplo, y por refrán, y por maldición a todos los lugares adonde yo los arrojaré..

Y enviaré sobre ellos espada, hambre, y pestilencia, hasta que sean acabados de sobre la tierra que les dí a ellos y a sus padres..