Job Capítulo 30

Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo se nos revela a nosotros, sus hijos creados a su imagen y semejanza, y esto lo hace a través de la Sagrada Biblia. En la Sagrada Biblia es donde se encuentra escrita su doctrina y sus conocimientos para la humanidad. De nosotros depende leerla y comprender toda la bondad y sabiduría que se encuentra en sus palabras. En el capítulo 30 del Job del Nuevo Testamento de los textos de las Biblia se hallan escondidas auténticas dosis de conocimiento y bondad que Dios Creador otorgó a los hombres para que ellos llegaran a estar junto a Él.

El Job del Nuevo Testamento se compone de 42 capítulos. En nuestra web es posible leer aquello que Dios Nuestro Señor se propuso mostrarnos en el capítulo 30. Para que sea más fácil leerlo y comprenderlo el capítulo 30 del Job se encuentra fraccionado en 31 versículos. De esta manera es más simple leer y memorizar la palabra de Dios Nuestro Señor, de forma que esté a tu lado siempre y te sirva para no perder el rumbo de tu vida.

Dios Nuestro Señor jamás nos deja solos, es un padre misericordioso que nos orienta. Por ese motivo nos regaló su palabra que nos alumbra y sirve de luz en los periodos más sombríos. En el capítulo 30 del Job del Nuevo Testamento podrás encontrar con toda seguridad la clave a gran cantidad de dilemas que a menudo se manifiestan a lo largo de la vida. Al principio de tu diálogo con el Creador, haber leído su palabra escrita en los textos que componen la Biblia, y dominar en profundidad los 31 versículos del capítulo 30 del Job te será extremadamente útil. De esta forma tendrás siempre presente en tus rezos en qué consiste la palabra de Nuestro Señor.

Versículos del capítulo 30 del libro Job

Mas ahora los más mozos de días que yo, se ríen de mí; Cuyos padres yo desdeñara ponerlos con los perros de mi ganado..

Porque ¿para qué yo habría menester la fuerza de sus manos, En los cuales había perecido con el tiempo?.

Por causa de la pobreza y del hambre andaban solos; Huían a la soledad, a lugar tenebroso, asolado y desierto..

Que cogían malvas entre los arbustos, Y raíces de enebro para calentarse..

Eran echados de entre las gentes, Y todos les daban grita como al ladrón..

Habitaban en las barrancas de los arroyos, En las cavernas de la tierra, y en las rocas..

Bramaban entre las matas, Y se reunían debajo de las espinas..

Hijos de viles, y hombres sin nombre, Más bajos que la misma tierra..

Y ahora yo soy su canción, Y he sido hecho su refrán..

Abomínanme, aléjanse de mí, Y aun de mi rostro no detuvieron su saliva..

Porque Dios desató mi cuerda, y me afligió, Por eso se desenfrenaron delante de mi rostro..

A la mano derecha se levantaron los jóvenes; Empujaron mis pies, Y sentaron contra mí las vías de su ruina..

Mi senda desbarataron, Aprovecháronse de mi quebrantamiento, Contra los cuales no hubo ayudador..

Vinieron como por portillo ancho, Revolviéronse a mi calamidad..

Hanse revuelto turbaciones sobre mí; Combatieron como viento mi alma, Y mi salud pasó como nube.

Y ahora mi alma está derramada en mí; Días de aflicción me han aprehendido..

De noche taladra sobre mí mis huesos, Y mis pulsos no reposan..

Con la grande copia de materia mi vestidura está demudada; Cíñeme como el cuello de mi túnica..

Derribome en el lodo, Y soy semejante al polvo y a la ceniza..

Clamo a ti, y no me oyes; Preséntome, y no me atiendes..

Haste tornado cruel para mí: Con la fortaleza de tu mano me amenazas..

Levantásteme, e hicísteme cabalgar sobre el viento, Y disolviste mi sustancia..

Porque yo conozco que me reduces a la muerte; Y a la casa determinada a todo viviente..

Mas él no extenderá la mano contra el sepulcro; ¿Clamarán los sepultados cuando él los quebrantare?.

¿No lloré yo al afligido? Y mi alma ¿no se entristeció sobre el menesteroso?.

Cuando esperaba yo el bien, entonces vino el mal; Y cuando esperaba luz, la oscuridad vino..

Mis entrañas hierven, y no reposan; Días de aflicción me han sobrecogido..

Denegrido ando, y no por el sol: Levantádome he en la congregación, y clamado..

He venido a ser hermano de los dragones, Y compañero de los búhos..

Mi piel está denegrida sobre mí, Y mis huesos se secaron con ardentía..

Y hase tornado mi arpa en luto, Y mi órgano en voz de lamentadores..