Dios, Nuestro Señor nos habla a nosotros, sus hijos, y lo hace a través de la Biblia. En la Biblia está escrita su doctrina y sus enseñanzas para la humanidad. En nuestra disposición está leerla y recibir toda la sapiencia que se halla en sus palabras. En el capítulo 17 del Jueces del Nuevo Testamento de la Sagrada Biblia es posible hallar escondidas porciones de bondad y sabiduría que Dios Creador concedió a sus hijos para que así ellos llegaran a estar cerca de Él.
El Jueces del Nuevo Testamento dispone de 21 capítulos. En cristianismo.info tienes la posibilidad de leer e interiorizar aquello que Dios Nuestro Señor deseó enseñarnos en el capítulo 17. Para facilitar su lectura y comprensión el capítulo 17 del Jueces se encuentra dividido en 13 versículos. De esta manera es más fácil leer y aprender de memoria la palabra Dios que está en los Cielos, para que vaya contigo siempre y te sirva para no perder el rumbo de tu vida.
Nuestro Padre que todo lo puede está siempre con nosotros, es un padre bueno que nos aconseja. Ese fue el motivo por el cual nos obsequió con su palabra que nos alumbra y sirve de antorcha en los instantes más tenebrosos. En el capítulo 17 del Jueces del Nuevo Testamento descubrirás con toda seguridad la solución a muchas de las preguntas que te puedan surgir durante la vida. Al principio de tu diálogo con el Padre, el hecho de leer su palabra escrita en la Biblia, y comprender en profundidad los 13 versículos del capítulo 17 del Jueces te será de gran utilidad. De esta forma te será posible tener siempre presente en tus oraciones en qué consiste la palabra de Dios.
Hubo un hombre del monte de Ephraim, que se llamaba Michâs..
El cual dijo a su madre: Los mil y cien siclos de plata que te fueron hurtados, por lo que tú maldecías oyéndolo yo, he aquí que yo tengo este dinero: yo lo había tomado. Entonces la madre dijo: Bendito seas de Jehová, hijo mío..
Y luego que él hubo vuelto a su madre los mil y cien siclos de plata, su madre dijo: Yo he dedicado este dinero a Jehová de mi mano para ti, hijo mío, para que hagas una imagen de talla y de fundición: ahora pues, yo te lo devuelvo..
Mas volviendo él a su madre los dineros, tomó su madre doscientos siclos de plata, y diolos al fundidor: y él le hizo de ellos una imagen de talla y de fundición, la cual fue puesta en casa de Michâs..
Y tuvo este hombre Michâs casa de dioses, e hízose hacer ephod y teraphim, y consagró uno de sus hijos; y fuele por sacerdote..
En estos días no había rey en Israel: cada uno hacía como mejor le parecía..
Y había un joven de Beth-lehem de Judá, de la tribu de Judá, el cual era Levita; y peregrinaba allí..
Este hombre se había partido de la ciudad de Beth-lehem de Judá, para ir a vivir donde hallase; y llegando al monte de Ephraim, vino a casa de Michâs, para de allí hacer su camino..
Y Michâs le dijo: ¿De dónde vienes? Y el Levita le respondió: Soy de Beth-lehem de Judá, y voy a vivir donde hallare..
Entonces Michâs le dijo: Quédate en mi casa, y me serás en lugar de padre y sacerdote; y yo te daré diez siclos de plata por año, y el ordinario de vestidos, y tu comida. Y el Levita se quedó..
Acordó pues el Levita en morar con aquel hombre, y él lo tenía como a uno de sus hijos..
Y Michâs consagró al Levita, y aquel joven le servía de sacerdote, y estaba en casa de Michâs..
Y Michâs dijo: Ahora sé que Jehová me hará bien, pues que el Levita es hecho mi sacerdote..