Jueces Capítulo 19

Dios, Nuestro Señor que está en los Cielos se nos manifiesta a nosotros, que somos fruto de su Creación, y lo hace mediante la Sagrada Biblia. En la Sagrada Biblia está escrita su doctrina y sus conocimientos para la humanidad. En nuestra disposición está leerla y asimilar toda la sapiencia que reside en sus palabras. En el capítulo 19 del Jueces del Nuevo Testamento de las Sagradas Escrituras podemos encontrar resguardadas intensas dosis de sabiduría y conocimiento que Dios otorgó a sus hijos para que ellos pudieran estar junto a Él.

El Jueces del Nuevo Testamento dispone de 21 capítulos. En esta web tienes la posibilidad de leer e interiorizar lo que Dios Nuestro Señor quiso revelarnos en el capítulo 19. De modo que sea más fácil leerlo, analizarlo y comprenderlo el capítulo 19 del Jueces se halla fraccionado en 30 versículos. Así es más sencillo leer y aprender de memoria la palabra del Señor, para que así esté a tu lado siempre y te sirva para no perder el rumbo de tu vida.

Nuestro Amado Padre Celestial es el único que jamás nos abandona, es un padre bondadoso que nos guía. Por ese motivo nos dió su palabra que nos inspira y sirve de linterna en los instantes más tenebrosos. En el capítulo 19 del Jueces del Nuevo Testamento encontrarás con toda seguridad la respuesta a muchas de las preguntas que de pronto aparecen a lo largo de la vida. En el momento de comenzar tu diálogo con el Padre, haber leído su palabra escrita en la Biblia, y entender profundamente los 30 versículos del capítulo 19 del Jueces te será extremadamente útil. De esta forma tendrás siempre presente en tus rezos cuál es la palabra de Dios Todopoderoso.

Versículos del capítulo 19 del libro Jueces

En aquellos días, cuando no había rey en Israel, hubo un Levita que moraba como peregrino en los lados del monte de Ephraim, el cual se había tomado mujer concubina de Beth-lehem de Judá..

Y su concubina adulteró contra él, y fuese de él a casa de su padre, a Beth-lehem de Judá, y estuvo allá por tiempo de cuatro meses..

Y levantose su marido, y siguiola, para hablarle amorosamente y volverla, llevando consigo un criado suyo y un par de asnos; y ella le metió en la casa de su padre..

Y viéndole el padre de la moza, saliole a recibir gozoso; y detúvole su suegro, padre de la moza, y quedó en su casa tres días, comiendo y bebiendo, y reposando allí..

Y al cuarto día, como se levantaron de mañana, levantose también el Levita para irse, y el padre de la moza dijo a su yerno: Conforta tu corazón con un bocado de pan, y después os iréis..

Y sentáronse ellos dos juntos, y comieron y bebieron. Y el padre de la moza dijo al varón: Yo te ruego que te quieras quedar aquí esta noche, y alegrarase tu corazón..

Y levantándose el varón para irse, el suegro le constriñó a que tornase y tuviese allí la noche..

Y al quinto día levantándose de mañana para irse, díjole el padre de la moza: Conforta ahora tu corazón. Y habiendo comido ambos a dos, detuviéronse hasta que ya declinaba el día..

Levantóse luego el varón para irse, él, y su concubina, y su criado. Entonces su suegro, el padre de la moza, le dijo: He aquí el día declina para ponerse el sol, ruégote que os estéis aquí la noche; he aquí que el día se acaba, ten aquí la noche, para que se alegre tu corazón; y mañana os levantaréis temprano a vuestro camino, y llegarás a tus tiendas..

Mas el hombre no quiso quedar allí la noche, sino que se levantó y partió, y llegó hasta enfrente de Jebus, que es Jerusalem, con su par de asnos aparejados, y con su concubina..

Y estando ya junto a Jebus, el día había declinado mucho: y dijo el criado a su señor: Ven ahora, y vámonos a esta ciudad de los Jebuseos, para que tengamos en ella la noche..

Y su señor le respondió: No iremos a ninguna ciudad de extranjeros, que no sea de los hijos de Israel: antes pasaremos hasta Gabaa. Y dijo a su criado:.

Ven, lleguemos a uno de esos lugares, para tener la noche en Gabaa, o en Rama..

Pasando pues, caminaron, y púsoseles el sol junto a Gabaa, que era de Benjamín..

Y apartáronse del camino para entrar a tener allí la noche en Gabaa; y entrando, sentáronse en la plaza de la ciudad, porque no hubo quien los acogiese en casa para pasar la noche..

Y he aquí un hombre viejo, que a la tarde venía del campo de trabajar; el cual era del monte de Ephraim, y moraba como peregrino en Gabaa, pero los moradores de aquel lugar eran hijos de Benjamín..

Y alzando el viejo los ojos, vio a aquel viajante en la plaza de la ciudad, y díjole: ¿A dónde vas, y de dónde vienes?.

Y él respondió: Pasamos de Beth-lehem de Judá a los lados del monte de Ephraim, de donde yo soy; y partí hasta Beth-lehem de Judá; y voy a la casa de Jehová, y no hay quien me reciba en casa,.

Aunque nosotros tenemos paja y de comer para nuestros asnos, y también tenemos pan y vino para mí y para tu sierva, y para el criado que está con tu siervo; de nada tenemos falta..

Y el hombre viejo dijo: Paz sea contigo; tu necesidad toda sea solamente a mi cargo, con tal que no tengas la noche en la plaza..

Y metiéndolos en su casa, dio de comer a sus asnos; y ellos se lavaron los pies, y comieron y bebieron..

Y cuando estaban gozosos, he aquí, que los hombres de aquella ciudad, hombres hijos de Belial, cercan la casa, y batían las puertas, diciendo al hombre viejo dueño de la casa: Saca fuera el hombre que ha entrado en tu casa, para que lo conozcamos..

Y saliendo a ellos aquel varón, amo de la casa, díjoles: No, hermanos míos, ruégoos que no cometáis este mal, pues que este hombre ha entrado en mi casa, no hagáis esta maldad..

He aquí mi hija virgen, y la concubina de él: yo os las sacaré ahora; humilladlas, y haced con ellas como os pareciere, y no hagáis a este hombre cosa tan infame..

Mas aquellos hombres no le quisieron oír; por lo que tomando aquel hombre su concubina, sacósela fuera: y ellos la conocieron, y abusaron de ella toda la noche hasta la mañana, y dejáronla cuando apuntaba el alba..

Y ya que amanecía, la mujer vino, y cayó delante de la puerta de la casa de aquel hombre donde su señor estaba, hasta que fue de día..

Y levantándose de mañana su señor, abrió las puertas de la casa, y salió para ir su camino, y he aquí, la mujer su concubina estaba tendida delante de la puerta de la casa, con las manos sobre el umbral..

Y él le dijo: Levántate, y vámonos. Mas ella no respondió. Entonces la levantó el varón, y echándola sobre su asno, levantose y fuese a su lugar..

Y en llegando a su casa, toma un cuchillo, y echa mano de su concubina, y despedázala con sus huesos en doce partes, y enviolas por todos los términos de Israel..

Y todo el que lo veía, decía: Jamás se ha hecho ni visto tal cosa, desde el tiempo que los hijos de Israel subieron de la tierra de Egipto hasta hoy. Considerad esto, dad consejo, y hablad..