Dios Padre se nos revela a nosotros, sus hijos, y lo hace por mediación de la Biblia. En la Sagrada Biblia está escrita su doctrina y sus enseñanzas para la humanidad. En nuestra mano está leerla y asimilar toda la bondad y sabiduría que reside en sus palabras. En el capítulo 5 del Lamentaciones del Nuevo Testamento de los textos de las Biblia permanecen resguardadas auténticas dosis de conocimiento y bondad que el Padre concedió a sus hijos para que ellos llegaran a acercarse a Él.
El Lamentaciones del Nuevo Testamento se compone de 5 capítulos. Aquí puedes leer y aprehender aquello que Nuestro Señor deseó enseñarnos en el capítulo 5. Para que la lectura y la comprensión sean más fáciles el capítulo 5 del Lamentaciones se halla dividido en 22 versículos. De esta forma es más simple leer y memorizar la palabra del Señor, de modo que vaya contigo siempre y te sirva para trazar tu rumbo.
Nuestro Padre Bondadoso no nos deja nunca solos, es un padre benévolo que nos guía. Por eso nos dió su palabra que nos ilumina y sirve de luz en los momentos más sombríos. En el capítulo 5 del Lamentaciones del Nuevo Testamento hallarás sin dudarlo la solución a muchas de las dudas que puedan aparecer a lo largo de la vida. A la hora de iniciar tu diálogo con el Altísimo, el hecho de leer su palabra escrita en la Biblia, y comprender profundamente los 22 versículos del capítulo 5 del Lamentaciones te será de mucha ayuda. De esta forma podrás tener siempre presente en tus plegarias cuál es el mandato de Nuestro Señor.
Acuérdate, oh Jehová, de lo que nos ha sucedido: Ve y mira nuestro oprobio..
Nuestra heredad se ha vuelto a extraños, Nuestras casas a forasteros..
Huérfanos somos sin padre, Nuestras madres como viudas..
Nuestra agua bebemos por dinero; Nuestra leña por precio compramos..
Persecución padecemos sobre nuestra cerviz: Nos cansamos, y no hay para nosotros reposo..
Al Egipcio y al Asirio dimos la mano, para saciarnos de pan..
Nuestros padres pecaron, y son muertos; Y nosotros llevamos sus castigos..
Siervos se enseñorearon de nosotros; No hubo quien de su mano nos librase..
Con peligro de nuestras vidas traíamos nuestro pan Delante del cuchillo del desierto..
Nuestra piel se ennegreció como un horno A causa del ardor del hambre..
Violaron a las mujeres en Sion, A las vírgenes en las ciudades de Judá..
A los príncipes colgaron por su mano; No respetaron el rostro de los viejos..
Llevaron los mozos a moler, Y los muchachos desfallecieron en la leña..
Los ancianos cesaron de la puerta, Los mancebos de sus canciones..
Cesó el gozo de nuestro corazón; Nuestro corro se tornó en luto..
Cayó la corona de nuestra cabeza: ¡Ay ahora de nosotros! porque pecamos..
Por esto fue entristecido nuestro corazón, Por esto se entenebrecieron nuestro ojos:.
Por el monte de Sion que está asolado; Zorras andan en él..
Mas tú, Jehová, permanecerás para siempre: Tu trono de generación en generación..
¿Por qué te olvidarás para siempre de nosotros, Y nos dejarás por largos días?.
Vuélvenos, oh Jehová, a ti, y nos volveremos: Renueva nuestros días como al principio..
Porque repeliendo nos has desechado; Te has airado contra nosotros en gran manera..