Nehemías Capítulo 4

Dios se nos revela a nosotros, que somos sus hijos, y lo hace por medio de la Sagrada Biblia. En la Biblia es el lugar en donde se escribió su doctrina y sus enseñanzas para la humanidad. De nosotros, sus hijos, depende leerla y comprender toda la sabiduría que hay en sus palabras. En el capítulo 4 del Nehemías del Nuevo Testamento de la Sagrada Biblia es posible hallar escondidas auténticas dosis de conocimiento y bondad que Dios regaló a los seres humanos para que así ellos llegaran a aproximarse a Él.

El Nehemías del Nuevo Testamento está formado por 13 capítulos. Aquí puedes leer y aprehender lo que Dios, en toda su Bondad quiso revelarnos en el capítulo 4. Para facilitar su lectura y comprensión el capítulo 4 del Nehemías está fraccionado en 23 versículos. De esta manera es más fácil leer y retener en la memoria la palabra del Señor, para que te acompañe siempre y te sirva de orientación y guía.

Nuestro Padre que todo lo puede jamás nos abandona, es un padre bondadoso que nos guía. Por ese motivo nos dió su palabra que nos alumbra y sirve de faro en los periodos más oscuros. En el capítulo 4 del Nehemías del Nuevo Testamento podrás encontrar con toda seguridad la solución a muchas de las preguntas que de pronto aparecen en la vida. Cuando vas a dar inicio a tu diálogo con Dios, haber leído su palabra escrita en la Biblia, y entender en profundidad los 23 versículos del capítulo 4 del Nehemías te será muy útil. Así tendrás siempre presente en tus rezos en qué consiste la palabra de Dios Padre que está en los Cielos.

Versículos del capítulo 4 del libro Nehemías

Y fue que como oyó Sanballat que nosotros edificábamos el muro, encolerizose y enojose en gran manera, e hizo escarnio de los Judíos..

Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles Judíos? ¿hanles de permitir? ¿han de sacrificar? ¿han de acabar en un día? ¿han de resucitar de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas?.

Y estaba junto a él Tobías Ammonita, el cual dijo: Aun lo que ellos edifican, si subiere una zorra derribará su muro de piedra..

Oye, oh Dios nuestro, que somos en menosprecio, y vuelve el baldón de ellos sobre su cabeza, y dalos en presa en la tierra de su cautiverio:.

Y no cubras su iniquidad, ni su pecado sea raído delante de tu rostro; porque se airaron contra los que edificaban..

Edificamos pues el muro, y toda la muralla fue junta hasta su mitad: y el pueblo tuvo ánimo para obrar..

Mas acaeció que oyendo Sanballat y Tobías, y los Arabes, y los Ammonitas, y los de Asdod, que los muros de Jerusalem eran reparados, porque ya los portillos comenzaban a cerrarse, encolerizáronse mucho;.

Y conspiraron todos a una para venir a combatir a Jerusalem, y a hacerle daño..

Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche..

Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han enflaquecido, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro..

Y nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de ellos, y los matemos, y hagamos cesar la obra..

Sucedió empero, que como vinieron los Judíos que habitaban entre ellos, nos dieron aviso diez veces de todos los lugares de donde volvían a nosotros..

Entonces puse por los bajos del lugar, detrás del muro, en las alturas de los peñascos, puse el pueblo por familias con sus espadas, con sus lanzas, y con sus arcos..

Después miré, y levanteme, y dije a los principales y a los magistrados, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos: acordaos del Señor grande y terrible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas..

Y sucedió que como oyeron nuestros enemigos que lo habíamos entendido, Dios disipó el consejo de ellos, y volvímonos todos al muro, cada uno a su obra..

Mas fue que desde aquel día la mitad de los mancebos trabajaba en la obra, y la otra mitad de ellos tenía lanzas y escudos, y arcos, y corazas; y los príncipes estaban tras toda la casa de Judá..

Los que edificaban en el muro, y los que llevaban cargas y los que cargaban, con la una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada..

Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban y el que tocaba la trompeta estaba junto a mí..

Y dije a los principales, y a los magistrados y al resto del pueblo: La obra es grande y larga, y nosotros estamos apartados en el muro, lejos los unos de los otros..

En el lugar donde oyereis la voz de la trompeta, reuníos allí a nosotros: nuestro Dios peleará por nosotros..

Nosotros pues trabajábamos en la obra; y la mitad de ellos tenían lanzas desde la subida del alba hasta salir las estrellas..

También dije entonces al pueblo: Cada uno con su criado se quede dentro de Jerusalem, y hágannos de noche centinela, y de día a la obra..

Y ni yo, ni mis hermanos, ni mis mozos, ni la gente de guardia que me seguía, desnudamos nuestro vestido: cada uno se desnudaba solamente para lavarse..