Números Capítulo 11

Dios habla con nosotros, sus hijos e hijas, y lo hace por mediación de las Sagradas Escrituras que componen la Biblia. En la Biblia podemos encontrar escrita su doctrina y sus lecciones para la humanidad. Nosotros disponemos del libre albedrío para leerla y aprehender toda la sabiduría que hay en sus palabras. En el capítulo 11 del Números del Nuevo Testamento de la Sagrada Biblia es posible hallar resguardadas intensas dosis de sabiduría y conocimiento que el Padre otorgó a los hombres para que así ellos llegaran a estar cerca de Él.

El Números del Nuevo Testamento tiene 36 capítulos. Aquí es posible leer e interiorizar aquello que Dios Nuestro Señor deseó enseñarnos en el capítulo 11. Para que lo puedas leer y comprender mejor el capítulo 11 del Números está fraccionado en 35 versículos. De este modo es más simple leer y memorizar la palabra del Padre, de modo que esté a tu lado siempre y te sirva como un faro para orientarte.

Nuestro Amado Padre Celestial jamás nos deja solos, es un padre benévolo que nos aconseja. Ese fue el motivo por el cual nos brindó su palabra que nos alumbra y sirve de faro en los trances más tenebrosos. En el capítulo 11 del Números del Nuevo Testamento encontrarás sin lugar a dudas la clave a muchas de las preguntas que se puedan manifestar durante la vida. A la hora de iniciar tu diálogo con Nuestro Señor, leer su palabra escrita en la Biblia, y entender en profundidad los 35 versículos del capítulo 11 del Números te será extremadamente útil. Así te será posible tener siempre presente en tus oraciones cuál es la verdadera palabra de Dios Padre que está en los Cielos.

Versículos del capítulo 11 del libro Números

Y aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Jehová: y oyolo Jehová, y enardeciose su furor, y encendiose en ellos fuego de Jehová y consumió el un cabo del campo..

Entonces el pueblo dio voces a Moisés, y Moisés oró a Jehová, y soterrose el fuego..

Y llamó a aquel lugar Taberah; porque el fuego de Jehová se encendió en ellos..

Y el vulgo que había en medio tuvo un vivo deseo, y volvieron, y aun lloraron los hijos de Israel, y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne!.

Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los cohombros, y de los melones, y de los puerros, y de las cebollas, y de los ajos:.

Y ahora nuestra alma se seca; que nada sino maná ven nuestros ojos..

Y era el maná como semilla de culantro, y su color como color de bedelio..

Derrámabase el pueblo, y recogían, y molían en molinos, o majaban en morteros, y lo cocían en caldera, o hacían de él tortas: y su sabor era como sabor de aceite nuevo..

Y cuando descendía el rocío sobre el real de noche, el maná descendía de sobre él..

Y oyó Moisés al pueblo, que lloraba por sus familias, cada uno a la puerta de su tienda: y el furor de Jehová se encendió en gran manera; también pareció mal a Moisés..

Y dijo Moisés a Jehová: ¿Por qué has hecho mal a tu siervo? ¿y por qué no he hallado gracia en tus ojos, que has puesto la carga de todo este pueblo sobre mi?.

¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿engendrelo yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra de la cual juraste a sus padres?.

¿De donde tengo yo carne para dar a todo este pueblo? porque lloran a mí, diciendo: Danos carne que comamos..

No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es pesado en demasía..

Y si así lo haces tú conmigo, yo te ruego que me des muerte, si he hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea mi mal..

Entonces Jehová dijo a Moisés: Júntame setenta varones de los ancianos de Israel, que tu sabes que son ancianos del pueblo y sus principales; y tráelos a la puerta del tabernáculo del testimonio, y esperen allí contigo..

Y yo descenderé y hablaré allí contigo; y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo..

Empero dirás al pueblo: Santificaos para mañana, y comeréis carne: pues que habéis llorado en oídos de Jehová, diciendo: ¡Quién nos diera a comer carne! ¡cierto mejor nos iba en Egipto! Jehová, pues, os dará carne, y comeréis..

No comeréis un día, ni dos días, ni cinco días, ni diez días, ni veinte días;.

Sino hasta un mes de tiempo, hasta que os salga por las narices, y os sea en aborrecimiento: por cuanto menospreciasteis a Jehová que está en medio de vosotros, y llorasteis delante de él, diciendo: ¿Para qué salimos acá de Egipto?.

Entonces dijo Moisés: Seiscientos mil de a pie es el pueblo en medio del cual yo estoy; y tú dices: Les daré carne, y comerán el tiempo de un mes..

¿Se han de degollar para ellos ovejas y bueyes que les basten? ¿ó se juntarán para ellos todos los peces de la mar para que tengan abasto?.

Entonces Jehová respondió a Moisés: ¿Hase acortado la mano de Jehová? ahora verás si te sucede mi dicho, o no..

Y salió Moisés, y dijo al pueblo las palabras de Jehová: y juntó los setenta varones de los ancianos del pueblo, e hízolos estar alrededor del tabernáculo..

Entonces Jehová descendió en la nube, y hablole; y tomó del espíritu que estaba en él, y púsolo en los setenta varones ancianos; y fue que, cuando posó sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron..

Y habían quedado en el campo dos varones, llamado el uno Eldad y el otro Medad, sobre los cuales también reposó el espíritu: estaban estos entre los escritos, mas no habían salido al tabernáculo; y profetizaron en el campo..

Y corrió un mozo, y dio aviso a Moisés, y dijo: Eldad y Medad profetizan en el campo..

Entonces respondió Josué hijo de Nun, ministro de Moisés, uno de sus mancebos, y dijo: Señor mío Moisés, impídelos..

Y Moisés le respondió: ¿Tienes tú celos por mí? mas ojalá que todo el pueblo de Jehová fuesen profetas, que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos..

Y recogiose Moisés al campo, él y los ancianos de Israel..

Y salió un viento de Jehová, y trajo codornices de la mar, y dejolas sobre el real, un día de camino de la una parte, y un día de camino de la otra, en derredor del campo, y casi dos codos sobre la haz de la tierra..

Entonces el pueblo estuvo levantado todo aquel día, y toda la noche, y todo el día siguiente, y recogiéronse codornices: el que menos, recogió diez montones; y las tendieron para sí a lo largo en derredor del campo..

Aun estaba la carne entre los dientes de ellos, antes que fuese mascada, cuando el furor de Jehová se encendió en el pueblo, e hirió Jehová al pueblo con una muy grande plaga..

Y llamó el nombre de aquel lugar Kibroth-hattaavah, por cuanto allí sepultaron al pueblo codicioso..

De Kibroth-hattaavah movió el pueblo a Haseroth, y pararon en Haseroth..