Proverbios Capítulo 23

Dios se dirige a nosotros, que somos sus hijos, y lo hace mediante la Biblia. En la Sagrada Biblia está escrita su doctrina y sus enseñanzas para la humanidad. En nuestra disposición está leerla y captar toda la sapiencia que reside en sus palabras. En el capítulo 23 del Proverbios del Nuevo Testamento de la Sagrada Biblia están resguardadas auténticas dosis de conocimiento y bondad que el Padre entregó a sus hijos e hijas con el objetivo de que ellos pudieran acercarse a Él.

El Proverbios del Nuevo Testamento consta de 31 capítulos. En cristianismo.info es posible leer y estudiar lo que Dios, en toda su Bondad se propuso revelarnos en el capítulo 23. Para que lo puedas leer y comprender mejor el capítulo 23 del Proverbios se halla fraccionado en 35 versículos. Así es más fácil leer y memorizar la palabra Dios que está en los Cielos, para que esté contigo siempre y te sirva de orientación y guía.

Nuestro Padre Bondadoso siempre está a nuestro lado, es un padre clemente que nos aconseja. Por eso nos obsequió con su palabra que nos inspira y sirve de fanal en los trances más sombríos. En el capítulo 23 del Proverbios del Nuevo Testamento hallarás con toda seguridad la respuesta a muchas de las cuestiones que te puedan surgir a lo largo de la vida. En el inicio de tu diálogo con el Padre, el hecho de leer su palabra escrita en las Sagradas Escrituras, y dominar en profundidad los 35 versículos del capítulo 23 del Proverbios te será de mucha ayuda. De esta manera podrás tener siempre presente en tus oraciones en qué consiste la palabra de Nuestro Señor.

Versículos del capítulo 23 del libro Proverbios

Cuando te sentares a comer con algún señor, Considera bien lo que estuviere delante de ti;.

Y pon cuchillo a tu garganta, Si tienes gran apetito..

No codicies sus manjares delicados, Porque es pan engañoso.

No trabajes por ser rico; Pon coto a tu prudencia..

¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque hacerse han alas, Como alas de águila, y volarán al cielo..

No comas pan de hombre de mal ojo, Ni codicies sus manjares:.

Porque cual es su pensamiento en su alma, tal es él. Come y bebe, te dirá; Mas su corazón no está contigo..

Vomitarás la parte que tú comiste, Y perderás tus suaves palabras..

No hables a oídos del necio; Porque menospreciará la prudencia de tus razones..

No traspases el término antiguo, Ni entres en la heredad de los huérfanos:.

Porque el defensor de ellos es el Fuerte, El cual juzgará la causa de ellos contra ti..

Aplica tu corazón a la enseñanza, Y tus oídos a las palabras de sabiduría..

No rehúses la corrección del muchacho: Porque si lo hirieres con vara, no morirá..

Tú lo herirás con vara, Y librarás su alma del infierno..

Hijo mío, si tu corazón fuere sabio, También a mí se me alegrará el corazón;.

Mis entrañas también se alegrarán, Cuando tus labios hablaren cosas rectas..

No tenga tu corazón envidia de los pecadores, Antes persevera en el temor de Jehová todo tiempo:.

Porque ciertamente hay fin, Y tu esperanza no será cortada..

Oye tú, hijo mío, y sé sabio, Y endereza tu corazón al camino..

No estés con los bebedores de vino, Ni con los comedores de carne:.

Porque el bebedor y el comilón empobrecerán: Y el sueño hará vestir vestidos rotos..

Oye a tu padre, a aquel que te engendró; Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies..

Compra la verdad, y no la vendas; La sabiduría, la enseñanza, y la inteligencia..

Mucho se alegrará el padre del justo: Y el que engendró sabio se gozará con él..

Alégrense tu padre y tu madre, Y gócese la que te engendró..

Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos..

Porque sima profunda es la ramera, Y pozo angosto la extraña..

También ella, como robador, acecha, Y multiplica entre los hombres los prevaricadores..

¿Para quién será el ay? ¿para quién el ay? ¿para quién las rencillas? ¿Para quién las quejas? ¿para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos?.

Para los que se detienen mucho en el vino, Para los que van buscando la mistura..

No mires al vino cuando rojea, Cuando resplandece su color en el vaso: Entrase suavemente;.

Mas al fin como serpiente morderá, Y como basilisco dará dolor:.

Tus ojos mirarán las extrañas, Y tu corazón hablará perversidades..

Y serás como el que yace en medio de la mar, O como el que está en la punta de un mastelero..

Y dirás: Hiriéronme, mas no me dolió; Azotáronme, mas no lo sentí; Cuando despertare, aun lo tornaré a buscar..