Salmos Capítulo 124

Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo se nos revela a nosotros, sus hijos e hijas, y lo hace gracias a la Sagrada Biblia. En la Sagrada Biblia se encuentra escrita su doctrina y sus enseñanzas para la humanidad. Nosotros somos quienes decidimos si leerla y recibir toda la sapiencia que hay en sus palabras. En el capítulo 124 del Salmos del Nuevo Testamento de la Biblia podemos encontrar resguardadas porciones de bondad y sabiduría que Dios Creador otorgó a sus hijos e hijas para que ellos tuvieran la capacidad de acercarse a Él.

El Salmos del Nuevo Testamento consta de 150 capítulos. Ahora puedes leer lo que Dios quiso enseñarnos en el capítulo 124. Para que la lectura y la comprensión sean más fáciles el capítulo 124 del Salmos se encuentra dividido en 8 versículos. De esta manera es más simple leer y aprender de memoria la palabra de Dios Nuestro Señor, para que vaya contigo siempre y te sirva para no perder el rumbo de tu vida.

Nuestro Padre que todo lo puede jamás nos deja solos, es un padre compasivo que nos aconseja. Ese fue el motivo por el cual nos obsequió con su palabra que nos ilumina y sirve de antorcha en los trances más oscuros. En el capítulo 124 del Salmos del Nuevo Testamento encontrarás con toda seguridad la solución a gran cantidad de dilemas que a menudo se manifiestan en la vida. En el inicio de tu diálogo con Nuestro Señor, leer su palabra escrita en los textos que componen la Biblia, y entender profundamente los 8 versículos del capítulo 124 del Salmos te será de mucha ayuda. De esta forma podrás tener siempre presente en tus rezos cuál es la verdadera palabra de Dios Padre que está en los Cielos.

Versículos del capítulo 124 del libro Salmos

A no haber estado Jehová por nosotros, Diga ahora Israel;.

A no haber estado Jehová por nosotros, Cuando se levantaron contra nosotros los hombres,.

Vivos nos habrían entonces tragado, Cuando se encendió su furor en nosotros..

Entonces nos habrían inundado las aguas; Sobre nuestra alma hubiera pasado el torrente:.

Hubieran entonces pasado sobre nuestra alma las aguas soberbias..

Bendito Jehová, Que no nos dio por presa a sus dientes..

Nuestra alma escapó cual ave del lazo de los cazadores: Quebrose el lazo, y escapamos nosotros..

Nuestro socorro es en el nombre de Jehová, Que hizo el cielo y la tierra..