Salmos Capítulo 137

Dios, Nuestro Señor se nos manifiesta a nosotros, que somos sus hijos, y lo hace por medio de la Sagrada Biblia. En la Biblia es donde se encuentra escrita su palabra y sus conocimientos para la humanidad. De nosotros depende leerla y tratar de captar toda la sapiencia que se encuentra en sus palabras. En el capítulo 137 del Salmos del Nuevo Testamento de la Sagrada Biblia se hallan confinadas perlas de sabiduría que el Padre concedió a sus hijos e hijas para que ellos tuvieran la capacidad de estar al lado de Él.

El Salmos del Nuevo Testamento está compuesto por 150 capítulos. Aquí te ofrecemos la posibilidad de leer lo que Nuestro Señor se propuso mostrarnos en el capítulo 137. Para facilitar su lectura y comprensión el capítulo 137 del Salmos está dividido en 9 versículos. De esta forma es más fácil leer y memorizar la palabra del Señor, de forma que esté contigo siempre y te sirva como una luz en tu camino.

Nuestro Padre Bondadoso es el único que jamás nos abandona, es un padre clemente que nos guía. Por eso nos regaló su palabra que nos orienta y sirve de fanal en los trances más sombríos. En el capítulo 137 del Salmos del Nuevo Testamento encontrarás sin lugar a dudas la solución a muchas de las preguntas que se puedan manifestar durante la vida. A la hora de iniciar tu diálogo con el Altísimo, leer su palabra escrita en la Sagrada Biblia, y dominar profundamente los 9 versículos del capítulo 137 del Salmos te será muy útil. De este modo tendrás siempre presente en tus oraciones cuál es la palabra de Dios.

Versículos del capítulo 137 del libro Salmos

Junto a los ríos de Babilonia, Allí nos sentábamos, y aun llorábamos, Acordándonos de Sion..

Sobre los sauces en medio de ella Colgamos nuestras arpas..

Y los que allí nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos, Y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo:.

Cantadnos algunos de los himnos de Sion. ¿Cómo cantaremos canción de Jehová En tierra de extraños?.

Si me olvidare de ti, oh Jerusalem, Mi diestra sea olvidada..

Mi lengua se pegue a mi paladar, Si de ti no me acordare; Si no ensalzare a Jerusalem Como preferente asunto de mi alegría..

Acuérdate, oh Jehová, de los hijos de Edom En el día de Jerusalem; Quienes decían: Arrasadla, arrasadla Hasta los cimientos..

Hija de Babilonia destruida, Bienaventurado el que te diere el pago De lo que tú nos hiciste..

Bienaventurado el que tomará y estrellará tus niños Contra las piedras..