Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo se nos manifiesta a nosotros, que somos sus hijos, y lo hace por medio de la Sagrada Biblia. En la Sagrada Biblia está escrita su palabra y sus conocimientos para la humanidad. Nosotros somos quienes decidimos si leerla y captar toda la sabiduría que se halla en sus palabras. En el capítulo 30 del Salmos del Nuevo Testamento de la Sagrada Biblia permanecen confinadas intensas dosis de sabiduría y conocimiento que Dios Nuestro Señor proporcionó a los hombres con el objetivo de que ellos pudieran estar cerca de Él.
El Salmos del Nuevo Testamento consta de 150 capítulos. Ahora es posible leer y aprender aquello que Nuestro Señor se propuso mostrarnos en el capítulo 30. Para una mejor lectura y comprensión el capítulo 30 del Salmos se halla dividido en 12 versículos. De este modo es más fácil leer y recordar la palabra de Dios Nuestro Señor, de forma que esté a tu lado siempre y te sirva como una luz en tu camino.
Nuestro Padre que todo lo puede jamás nos deja solos, es un padre compasivo que nos guía. Por ese motivo nos brindó su palabra que nos inspira y sirve de luz en los momentos más sombríos. En el capítulo 30 del Salmos del Nuevo Testamento podrás encontrar sin lugar a dudas la clave a muchos de los interrogantes que puedan aparecer a lo largo de la vida. En el momento de comenzar tu diálogo con el Padre, el hecho de leer su palabra escrita en los textos que componen la Biblia, y conocer en profundidad los 12 versículos del capítulo 30 del Salmos te será extremadamente útil. De esta manera podrás tener siempre presente en tus oraciones cuál es la verdadera palabra de Dios Todopoderoso.
Glorificarte he, oh Jehová; porque me has ensalzado, Y no hiciste a mis enemigos alegrarse de mí..
Jehová Dios mío, A ti clamé, y me sanaste..
Oh Jehová, hiciste subir mi alma del sepulcro; Dísteme vida, para que no descendiese a la sepultura..
Cantad a Jehová, vosotros sus santos, Y celebrad la memoria de su santidad..
Porque un momento será su furor; Mas en su voluntad está la vida: Por la tarde durará el lloró, Y a la mañana vendrá la alegría..
Y dije yo en mi prosperidad: No seré jamás conmovido;.
Porque tú, Jehová, por tu benevolencia has asentado mi monte con fortaleza. Escondiste tu rostro, fui conturbado..
A ti, oh Jehová, clamaré; Y al Señor suplicaré..
¿Qué provecho hay en mi muerte, cuando yo descienda al hoyo? ¿Te alabará el polvo? ¿anunciará tu verdad?.
Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí: Jehová, sé tú mi ayudador..
Has tornado mi endecha en baile; Desataste mi saco, y ceñísteme de alegría..
Por tanto a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te alabaré para siempre..