Salmos Capítulo 39

Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo se nos revela a nosotros, que somos fruto de su Creación, y esto lo hace mediante las Sagradas Escrituras que componen la Biblia. En la Sagrada Biblia se encuentra escrita su doctrina y sus lecciones para la humanidad. Nosotros disponemos del libre albedrío para leerla y asimilar toda la sapiencia que reside en sus palabras. En el capítulo 39 del Salmos del Nuevo Testamento de la Sagrada Biblia se encuentran escondidas porciones de bondad y sabiduría que Dios Creador otorgó a sus hijos e hijas con el objetivo de que ellos pudieran estar cerca de Él.

El Salmos del Nuevo Testamento tiene 150 capítulos. En cristianismo.info tienes la posibilidad de leer y aprender aquello que Nuestro Señor quiso revelarnos en el capítulo 39. De modo que sea más fácil leerlo, analizarlo y comprenderlo el capítulo 39 del Salmos está dividido en 13 versículos. De esta manera es más sencillo leer y recordar la palabra del Señor, de modo que vaya contigo siempre y te sirva para trazar tu rumbo.

Nuestro Amado Padre Celestial está siempre con nosotros, es un padre benévolo que nos aconseja. Por eso nos obsequió con su palabra que nos ilumina y sirve de antorcha en los periodos más tenebrosos. En el capítulo 39 del Salmos del Nuevo Testamento encontrarás sin duda la clave a muchas de las cuestiones que se puedan manifestar a lo largo de la vida. Cuando vas a dar inicio a tu diálogo con el Padre, haber leído su palabra escrita en la Biblia, y dominar profundamente los 13 versículos del capítulo 39 del Salmos te será muy útil. De este modo tendrás siempre presente en tus rezos cuál es la verdadera palabra de Dios.

Versículos del capítulo 39 del libro Salmos

Yo dije: Atenderé a mis caminos, Para no pecar con mi lengua: Guardaré mi boca con freno, En tanto que el impío fuere contra mí..

Enmudecí con silencio, calleme aun respecto de lo bueno: Y excitose mi dolor..

Enardeciose mi corazón dentro de mí; Encendiose fuego en mi meditación, Y así proferí con mi lengua:.

Hazme saber, Jehová, mi fin, Y cuánta sea la medida de mis días; Sepa yo cuánto tengo de ser del mundo..

He aquí diste a mis días término corto, Y mi edad es como nada delante de ti: Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. (Selah.).

Ciertamente en tinieblas anda el hombre; Ciertamente en vano se inquieta: Junta, y no sabe quién lo allegará..

Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza en ti está..

Líbrame de todas mis rebeliones; No me pongas por escarnio del insensato..

Enmudecí, no abrí mi boca; Porque tú lo hiciste..

Quita de sobre mí tu plaga; De la guerra de tu mano soy consumido..

Con castigos sobre el pecado corriges al hombre, Y haces consumirse como de polilla su grandeza: Ciertamente vanidad es todo hombre. (Selah.).

Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor: No calles a mis lágrimas; Porque peregrino soy para contigo, Y advenedizo, como todos mis padres..

Déjame, y tomaré fuerzas, Antes que vaya y perezca..