Salmos Capítulo 42

Dios nos habla a nosotros, sus hijos e hijas, y lo hace por mediación de la Sagrada Biblia. En la Sagrada Biblia está escrita su doctrina y sus enseñanzas para la humanidad. De nosotros, sus hijos, depende leerla y tratar de captar toda la sabiduría que se halla en sus palabras. En el capítulo 42 del Salmos del Nuevo Testamento de la Biblia podemos encontrar escondidas porciones de bondad y sabiduría que Dios Nuestro Señor otorgó a los seres humanos para que así ellos pudieran acercarse a Él.

El Salmos del Nuevo Testamento dispone de 150 capítulos. Aquí tienes la posibilidad de leer y estudiar lo que Nuestro Señor se propuso mostrarnos en el capítulo 42. Para que la lectura y la comprensión sean más fáciles el capítulo 42 del Salmos está dividido en 11 versículos. De este modo es más fácil leer y recordar la palabra de Dios, de forma que esté contigo siempre y te sirva para no perder el rumbo de tu vida.

Nuestro Padre que todo lo puede está siempre con nosotros, es un padre clemente que nos orienta. Ese fue el motivo por el cual nos brindó su palabra que nos inspira y sirve de luz en los periodos más tenebrosos. En el capítulo 42 del Salmos del Nuevo Testamento hallarás sin lugar a dudas la solución a muchas de las dudas que puedan aparecer durante la vida. A la hora de iniciar tu diálogo con el Altísimo, el hecho de leer su palabra escrita en las Sagradas Escrituras, y conocer en profundidad los 11 versículos del capítulo 42 del Salmos te será muy útil. De esta manera tendrás siempre presente en tus rezos en qué consiste la palabra de Dios Todopoderoso.

Versículos del capítulo 42 del libro Salmos

Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía..

Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¡Cuándo vendré, y pareceré delante de Dios!.

Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?.

Acordareme de estas cosas, y derramaré sobre mí mi alma: Cuando pasaré en el número, iré con ellos hasta la casa de Dios, Con voz de alegría y de alabanza, haciendo fiesta la multitud..

¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te conturbas en mí? Espera a Dios; porque aun le tengo de alabar Por las saludes de su presencia..

Dios mío, mi alma está en mí abatida: Acordareme por tanto de ti desde tierra del Jordán, Y de los Hermonitas, desde el monte de Mizhar..

Un abismo llama a otro a la voz de tus canales: Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí..

De día mandará Jehová su misericordia, Y de noche su canción será conmigo, Y oración al Dios de mi vida..

Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?.

Mientras se están quebrantando mis huesos, mis enemigos me afrentan, Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?.

¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te conturbas en mí? Espera a Dios; porque aun le tengo de alabar; Es él salvamento delante de mí, y el Dios mío..