Salmos Capítulo 60

Dios habla con nosotros, que somos sus hijos, y esto lo hace a través de la Biblia. En ella se encuentra escrita su palabra y sus enseñanzas para la humanidad. De nosotros depende leerla y aprehender toda la bondad y sabiduría que hay en sus palabras. En el capítulo 60 del Salmos del Nuevo Testamento de los textos de las Biblia permanecen escondidas auténticas dosis de conocimiento y bondad que el Padre regaló a sus hijos e hijas para que así ellos pudieran estar junto a Él.

El Salmos del Nuevo Testamento se compone de 150 capítulos. Ahora en cristianismo.info es posible leer y aprender lo que Dios Nuestro Señor se propuso enseñarnos en el capítulo 60. Para facilitar su lectura y comprensión el capítulo 60 del Salmos se encuentra fraccionado en 12 versículos. De esta forma es más simple leer y aprender de memoria la palabra del Señor, de forma que esté a tu lado siempre y te sirva de orientación y guía.

Dios Nuestro Señor es quien jamás nos abandonará a pesar de las circunstancias, es un padre justo que nos aconseja. Por eso nos brindó su palabra que nos orienta y sirve de linterna en los periodos más sombríos. En el capítulo 60 del Salmos del Nuevo Testamento encontrarás sin lugar a dudas la solución a muchos de los interrogantes que puedan aparecer durante la vida. Cuando vas a dar inicio a tu diálogo con el Creador, leer su palabra escrita en las Sagradas Escrituras, y comprender en profundidad los 12 versículos del capítulo 60 del Salmos te será de mucha ayuda. De esta forma podrás tener siempre presente en tus oraciones cuál es el mandato de Dios Todopoderoso.

Versículos del capítulo 60 del libro Salmos

Oh Dios, tú nos has desechado, nos disipaste; Te has airado: vuélvete a nosotros..

Hiciste temblar la tierra, abrístela: Sana sus quiebras, porque titubea..

Has hecho ver a tu pueblo duras cosas: Hicístenos beber el vino de agitación..

Has dado a los que te temen bandera Que alcen por la verdad. (Selah.).

Para que se libren tus amados, Salva con tu diestra, y óyeme..

Dios pronunció por su santuario; yo me alegraré; Partiré a Sichêm, y mediré el valle de Succoth..

Mío es Galaad, y mío es Manasés; Y Ephraim es la fortaleza de mi cabeza; Judá, mi legislador;.

Moab, la vasija de mi lavatorio; Sobre Edom echaré mi zapato: Haz júbilo sobre mí, oh Palestina..

¿Quién me llevará a la ciudad fortalecida? ¿Quién me llevará hasta Idumea?.

Ciertamente, tú, oh Dios, que nos habías desechado; Y no salías, oh Dios, con nuestros ejércitos..

Danos socorro contra el enemigo, Que vana es la salud de los hombres..

En Dios haremos proezas; Y él hollará nuestros enemigos..