Salmos Capítulo 95

Dios Padre se comunica con nosotros, creados a su imagen y semejanza, y esto lo hace a través de las Sagradas Escrituras que componen la Biblia. En la Sagrada Biblia es donde se encuentra escrita su doctrina y sus lecciones para la humanidad. De nosotros, sus hijos, depende leerla y captar toda la bondad y sabiduría que hay en sus palabras. En el capítulo 95 del Salmos del Nuevo Testamento de las Sagradas Escrituras permanecen escondidas perlas de sabiduría que Dios Nuestro Señor regaló a sus hijos con el objetivo de que ellos pudieran estar cerca de Él.

El Salmos del Nuevo Testamento está formado por 150 capítulos. Ahora tienes la posibilidad de leer y aprender lo que Dios, en toda su Bondad deseó enseñarnos en el capítulo 95. Para que lo puedas leer y comprender mejor el capítulo 95 del Salmos se halla dividido en 11 versículos. De esta manera es más sencillo leer y aprender de memoria la palabra del Padre, para que esté a tu lado siempre y te sirva para no perder el rumbo de tu vida.

Nuestro Padre Bondadoso es el único que jamás nos abandona, es un padre compasivo que nos aconseja. Por eso nos dió su palabra que nos orienta y sirve de antorcha en los instantes más tenebrosos. En el capítulo 95 del Salmos del Nuevo Testamento podrás encontrar sin lugar a dudas la solución a muchas de las preguntas que a menudo se manifiestan en la vida. Al principio de tu diálogo con el Altísimo, haber leído su palabra escrita en la Sagrada Biblia, y dominar en profundidad los 11 versículos del capítulo 95 del Salmos te será de mucha ayuda. De este modo tendrás siempre presente en tus plegarias cuál es la verdadera palabra de Dios Padre que está en los Cielos.

Versículos del capítulo 95 del libro Salmos

Venid, celebremos alegremente a Jehová: Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salud..

Lleguemos ante su acatamiento con alabanza; Aclamémosle con cánticos..

Porque Jehová es Dios grande; Y Rey grande sobre todos los dioses..

Porque en su mano están las profundidades de la tierra, Y las alturas de los montes son suyas..

Suya también la mar, pues él la hizo; Y sus manos formaron la seca..

Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante de Jehová nuestro hacedor..

Porque él es nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su dehesa, y ovejas de su mano. Si hoy oyereis su voz,.

No endurezcáis vuestro corazón como en Meriba, Como el día de Masa en el desierto;.

Donde me tentaron vuestros padres, Probáronme, y vieron mi obra..

Cuarenta años estuve disgustado con la nación, Y dije: Pueblo es que divaga de corazón, Y no han conocido mis caminos..

Por tanto juré en mi furor Que no entrarían en mi reposo..